Perú y Chile: 1975-2015

Róger Rumrrill

¿Cómo sería el Perú en este año de 2015 si el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada que lideró el general Juan Velasco Alvarado hubiera recuperado Tarapacá y Arica en agosto del año 1975?

Pocos dudan que la recuperación de las salitreras de Tarapacá y de Arica arrebatadas por Chile durante la Guerra del Pacífico (1879-1883) era posible sobre todo por la capacidad bélica peruana que era del 15 por ciento, mientras la de Chile era solo del 7 por ciento. Además de factores de orden social y económico.

El golpe pinochetista del 11 de setiembre de 1973 que derrocó a Salvador Allende con el total apoyo de Washington había sumido a Chile en una profunda crisis social y económica que los Chicago Boys eran incapaces de resolver en 1975.

La pregunta de cómo sería el Perú en el año 2015 con Tarapacá y Arica reintegrados a nuestra soberanía la formulé a un centenar de personas de diferentes oficios.

Todos coincidieron que el Perú sería un país diferente, más grande y más rico, pero con los mismos problemas de hoy y posiblemente con un Estado-como hoy-fagocitado y parasitado por la CONFIEP y el gran capital multinacional.

Pero aún así -opinaron la mayoría de los consultados- habríamos recuperado la dignidad como nación y pueblo y nuestra autoestima, frecuentemente por los suelos, estaría al tope.

El traumático derrotismo que acepta la soberbia, la prepotencia y la arrogancia chilena como natural -que parece habitar en el fondo del ser peruano- se habría curado quizás para siempre.

Derrotismo y falta de autoestima que aparece sobre todo en las clases dominantes y en los políticos. Hace poco escuché las declaraciones del expresidente de la Confiep diciendo muy suelto de huesos que deberíamos agradecer la generosidad chilena de haber invertido hasta ahora 15 mil millones de dólares, creando trabajo y riqueza en nuestro país, cuando podrían haberlo hecho en Chile. La burguesía peruana es una de las más desnacionalizadas de América Latina.

“Compren el Perú que lo están rematando”, ordenó Pinochet a sus empresarios. La respuesta de los políticos no se hizo esperar. Alan García Pérez clamó que no molestemos a los chilenos ni con el pétalo de una rosa y más bien debemos juntarnos en “un buen matrimonio”.

Chile del 2015 -una ficha de los intereses geopolíticos estadounidenses como lo fue del Imperio Británico en 1879- tiene dos grandes debilidades y vulnerabilidades: no tiene suficiente agua ni energía.

Esos recursos vitales de la economía capitalista global del siglo XXI están en el Perú y Bolivia y hacia esos dos recursos apuntan sus estrategias con el pleno respaldo de Estados Unidos, un imperio en declinación pero más agresivo que nunca.

Guerra avisada no mata gente.

http://diariouno.pe/columna/peru-y-chile-1975-2015/

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