Pesadilla del Medio Oriente se acerca a Latinoamérica

Guillermo Giacosa

TURISMO BÉLICO

Un periodista venezolano que vive en EEUU afirma que la medida de Obama de calificar a Venezuela como un peligro para la seguridad de la superpotencia refuerza la línea de argumentación del gobierno venezolano según la cual EEUU participa junto con factores de la oposición en lo que han denominado como un golpe lento continuado.

Agrega el periodista para no dejar dudas: “Esa línea argumentativa ha sido usada sistemáticamente por el gobierno en contra de la oposición”. Parece un juego de palabras que evita decir que la decisión de Obama PRUEBA las afirmaciones del gobierno de Venezuela sobre la complicidad de EEUU en crear las condiciones para promover un golpe de estado. PRUEBA, además, que no se trata de una paranoia ocasional de los mandos venezolanos.

Quien escribe suscribiría ciegamente lo que dice Mujica; “yo no necesito ninguna prueba para saberlo”. Tampoco la necesitan quienes siempre han conspirado contra cualquier alteración política que deje de priorizar los intereses de las corporaciones gringas sobre los intereses nacionales de cada país. Ellos saben quién es su fiel y permanente aliado.

No se trataba, entonces, como lo afirmaba cierta prensa local, de un invento chavista para descargar responsabilidades. Obama acaba de darle la razón a Maduro y ha agregado certeza a las certezas latinoamericanas sobre el comportamiento imperial de los vecinos del Norte.

Chomsky, quien participa en el Foro por la Emancipación y la Igualdad que se celebra actualmente en Buenos Aires, ha dicho, sin medias tintas, algo que todos, especialmente las derechas nacionales que amen a su país, debieran recordar:

En la conferencia de Chapultepec, de 1945, se promovió “la eliminación del nacionalismo económico, con la excepción del de Estados Unidos”, para asegurar el rendimiento de las inversiones norteamericanas. Latinoamérica era, para los gobiernos estadounidenses, “nuestra pequeña región de por acá”,

Agregó Chomsky que el Departamento de Estado se dispuso a “organizar el mundo para satisfacer las necesidades de los sectores dominantes de EE.UU., es decir, de los sectores corporativos”. Y lograron “detentar un poder indiscutido”, que intentaba obstruir la soberanía de otros estados que pudieran competir con ellos.

Así intentan que continúe al interior de un panorama internacional que cambia aceleradamente y en el cual en lo único que EEUU es líder indiscutido es en el campo militar y, posiblemente, aunque Rusia está muy avanzada, en las tecnologías que alimentan a ese sector.

Regresando a Venezuela, pocos dudábamos de un desenlace como el actual, solo nos preguntábamos cuándo y cómo sucedería. Sucedió de la manera más grotesca imaginable, con argumentos tan infantiles como deleznables que subrayan, una vez más, el menosprecio absoluto que los gringos cultivan hacia lo que siempre han considerado su patio trasero.

Se preguntan algunos observadores si en realidad la nueva situación creada no beneficia a Maduro. Así lo dice, incluso, un editorial del New York Times del 12 de marzo. Sin embargo, me atrevo a afirmar categóricamente, nada que venga acompañado con tambores de guerra desde los EEUU puede, a la larga, beneficiar a nadie.

Pregunten si no a Vietnam, Irak, Libia, Siria, Panamá y otras muchas naciones sobre el particular y comprobarán que el instinto del guerrero es guerrear porque esa es la única lógica que poseen y con la que pueden acreditarse éxitos que, aunque dudosos en el largo plazo, benefician los bolsillos corporativos en lo inmediato. ¿Los muertos? Esos no cuentan, se los entierra en el largo silencio del olvido.

http://diariouno.pe/columna/pesadilla-del-medio-oriente-se-acerca-a-latinoamerica/

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