Unión Europea, la moderna Babel

Oswaldo de Rivero

La integración europea comenzó en 1957 con seis países, y hoy la Unión Europea (UE) tiene 28 países y 35 lenguas oficiales. Una gran parte de estos países tienen grados de desarrollo, democracia y gobernabilidad muy diferentes, y por ende intereses nacionales no coincidentes, que han terminado por convertir a la UE en una torre de Babel.

El otro gran problema de la integración europea ha sido la ideología economicista de la tecnocracia de Bruselas que hizo creer a los europeos que la integración económica y monetaria les iba proporcionar seguridad y poder internacional. Y creyendo esto sus políticos no se preocuparon de crear una eficaz política exterior común respaldada por una fuerza militar creíble. La UE es así un gigante económico en crisis y a la vez un enano político-militar.

Se cuenta que un diplomático estadounidense le aconsejó a Kissinger consultar con Europa sobre un problema geopolítico, y este respondió: “No tiene teléfono”, aludiendo a la falta de un verdadero poder central político- militar europeo.

Hoy la UE está enfrentando un tsunami de refugiados que ha creado un doloroso problema humanitario que merece compasión, pero que también es un grave problema geopolítico, porque los refugiados son producto de una infernal guerra civil sectaria entre extremistas Sunnís y Chiitas, dentro del propio Islam que está afectando seriamente hoy la región mediterránea de la propia UE.

Ante esta guerra sin fin, la UE no puede continuar recibiendo decenas de miles de refugiados musulmanes, no solo porque la mayoría de sus países miembros no tienen capacidad para absolverlos, sino también porque los musulmanes tienen valores muy distintos que terminarán por afectar la cultura democrática-secular y también cristiana de las sociedades europeas.

Hoy, ni los EEUU ni Rusia están tan amenazados existencialmente como la UE por el conflicto civil sectario entre Sunis y Chiitas dentro del Islam. Entonces, son los políticos europeos los que tienen que dejar de lado la visión economicista de la tecnocracia de Bruselas y actuar geopolíticamente creando una confederación importante de países europeos occidentales con una sola política exterior y una sola y poderosa fuerza armada destinada a prevenir y apagar estos conflictos sectarios antes que produzcan éxodos masivos de refugiados. Esta tarea debería comenzar por la destrucción del Estado Islámico en alianza con los EEUU o Rusia o ambos a la vez.

Impedir que guerras infernales conviertan a inocentes en refugiados no solo es un deber ético sino también una urgente tarea geopolítica europea para impedir que su periferia mediterránea se desestabilice como está pasando ahora.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*