Perú: La pobreza de las cifras

César Lévano

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) asegura, desde el 2006, bajo Alan García, que el índice de pobreza en el Perú bajó 14 puntos. Fue un milagro económico y social. ¡Qué feliz me siento!

Sin embargo, como lo he denunciado muchas veces, esa realidad no existe, se apaga a la primera lectura. Para el INEI, desde el segundo gobierno aprista, pobre es el que gana 328 soles al mes o menos. Ocurre que ha tomado en cuenta solo el precio de la canasta alimentaria básica. No considera gastos de transporte, salud y educación.

Propongo un método fácil para comprobar la corrección del dato oficial. Que los funcionarios del INEI que sostienen el dato ganen, desde ahora hasta fin de año un sueldo que los aleje de la pobreza: 348 soles mensuales. Es decir, diez soles diarios con un pequeño agregado. Eso sí, sin gratificaciones de 28 de Julio y Navidad.

En estos días se han publicado los resultados de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, la cual indica que 43,6 por ciento de 6 a 35 meses de edad padece de desnutrición y que en el 2016, el 13.1 por ciento de menores de cinco años sufría desnutrición crónica. ¿Cómo se explica ese fenómeno en un país que reduce la pobreza?

Se explica porque no hay tal reducción. El dato de la desnutrición en los primeros años de vida es vital. Esa es la edad en que se construye, sobre todo a base de proteínas, la red de salud física y desarrollo cerebral.

Se explica porque somos un país que prefiere exportar proteínas en forma de harina de pescado a emplearlas en la alimentación de la gente que sigue siendo pobre.

Se explica porque acá no hay un sistema masivo de protección a la madre y al niño, en particular al 12.7 por ciento de las adolescentes de 15 a 19 años que estuvieron alguna vez embarazadas.

Se explica porque los derechos sociales no valen para la amplia mayoría de trabajadores, lo que implica débil posibilidad de sustento a un hogar, y porque los salarios son de hambre en amplios sectores y porque hay políticos que, como la señora Nadine Heredia, se han opuesto a mejorar el salario mínimo.

Se explica porque nuestros gobernantes temen la realidad, motivo por el cual la ocultan, y ni siquiera son coherentes: la Encuesta que hemos citado ha sido realizada ¡por un organismo del INEI!

http://diariouno.pe/columna/la-pobreza-de-las-cifras/

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