Votar por la derecha es un suicidio

César Hildebrandt

Están asustados. Ahora quieren el triunfo en primera vuelta. No vaya a ser que la roja, la chola igualada, la comunista le gane a su representante en el ballottage.

Si la derecha peruana fuera letrada y simpática, qué país sofisticado tendríamos. Pero es un hecho que tenemos la derecha más hirsuta de Sudamérica, la menos dispuesta a hacer concesiones, la menos hábil para releer el mundo que se ha creado en estas últimas décadas. Cuando la Unión Soviética y el imperio del Pacto de Varsovia implosionaron, la derecha peruana, que había leído las solapas de los libros de Fukuyama y había hecho su “culturita” en las charlas de Enrique Chirinos Soto, creyó que el mundo se detenía, que el debate había terminado y que un solo libreto se impondría en el gran teatro del mundo. Pero después han sucedido cosas importantes.

Una de ellas, la de mayor relevancia, es el reconocimiento científico y mundial de que el planeta se está muriendo y que la era antropocénica en la que entramos nos pone ante el desafío de la sobrevivencia. No hay posibilidad alguna, desde un punto de vista racional, de continuar con este modelo devastador de desarrollo mundial depredador y bestial. No hay posibilidad alguna, desde la ética social, de seguir alentando el consumismo que nos hace cada día más ansiosos por las naderías. No hay posibilidad alguna, desde la prospectiva estadística, de continuar con esta dependencia de los hidrocarburos. No hay posibilidad alguna de seguir teniendo como paradigma sacro el modelo que nos obliga a crecer tanto por ciento al año a costa de contaminarlo todo con el miasma del llamado progreso.

No hay, en suma, modo alguno de seguir creyendo que el capitalismo salvaje nos sacará del abismo al que nos ha arrastrado. No habrá solución planetaria sin consensos próximos al socialismo, entendido este, precisamente, como la primacía de lo comunitario. El mundo, tarde o temprano, se dirigirá a nuevos rumbos. Hay ya pequeñas ciudades en Europa que tienen su propia moneda comunitaria y que están logrando contratos sociales novedosos basados en la conservación del ambiente y en la reivindicación de aquella utopía olvidada por las hienas: la paz social, la concurrencia libre de intereses, la búsqueda de la felicidad.

Hay economistas, cada día más importantes, que pregonan el “no crecimiento” como una solución futurista que tendría que haber empezado ya. Y hay en todo el mundo una ola de desasosiego y rabia causada por la creciente desigualdad que el liberalismo sin conciencia no ha hecho sino acrecentar. El mundo, en suma, no puede seguir estando en manos de banqueros ladrones, corporaciones sin ley, jefes de gobierno al servicio del crimen y de las guerras. En medio de todo este debate que atañe a lo que pasará con nuestros nietos, la derecha peruana aparece como un personaje de Bryce, una señora huachafa y aterrorizada porque alguien habla de cambiar la Constitución que se armó tras el golpe de Estado. Sí, esa Constitución que dice que lo privado es absoluto y que el Estado minimalista debe abandonar sus obligaciones nacionales de arbitraje y tuición social.

El imperio del hampa empresarial se construyó también bajo su sombra. La derecha peruana lee “Perú21” y cree que allí están todas las respuestas. Lee “El Comercio” y cree que Roberto Abusada es un experto desinteresado. Lee a Carlitos Adrianzén y suspira de alivio. Lee a Arturo Salazar Larraín y ya no necesita visitar museos. Está loca la derecha peruana. Ignora lo que se cocina en el sur, no tiene la menor idea de la indignación que producen sus medios concentrados, su terquedad ignara, su desprecio, el egoísmo de clan de sus propósitos, su fujimorismo manchado de sanguaza, la espesa niebla con la que pretende cancelar todo debate y llamar “populista” o “rojo” a todo aquel que no toque ese mismo vinilo que no cesa de sonar. Fue la derecha peruana la que produjo a Sendero Luminoso.

Y si Velasco Alvarado no hubiese hecho la reforma agraria, Sendero Luminoso habría tenido el apoyo de grandes masas resentidas por el gamonalismo serrano. Fueron esos campesinos favorecidos por Velasco los que, a la postre, decidieron la derrota de Guzmán y sus huestes asesinas. Es tan ciega y tan torpe la derecha peruana que ni siquiera pudo darse cuenta de eso. Votar por la derecha es votar por lo que nos ha postrado y desintegrado como nación. Votar por la derecha es votar por el Perú de las derrotas, del aire viciado, del conformismo que oxida. La derecha es el pasado que se niega a morir. Es la vieja actriz que luchará con todos sus trucos y todos sus escotes para no salir de escena. Y si la izquierda ha aprendido la lección y ya no postula que Cuba es el paraíso, si ya no dice que la Venezuela de hoy es un ejemplo, si ya no cree que la responsabilidad fiscal es una tontería ni sostiene que la inversión privada es prescindible, entonces es que el tablero está definido.

Publicada en la revista HILDEBRANDT EN SUS TRECE del 8-04-2016

http://www.hildebrandtensustrece.com/

9 comentarios sobre “Votar por la derecha es un suicidio

  • el 9 abril, 2016 a las 9:27 pm
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    Sus puntuales palabras, nos cobija, nos cubre que entre tantos hombres de prensa hay algunos bien exponentes y sensatos que no sólo nos invita, sino nos obliga a leerlo, este profesional es uno de ellos. Bien colocada los ensayos de peruanidad no sólo, sino en un enfoque universal. Mis felicitaciones!

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  • el 10 abril, 2016 a las 3:19 am
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    Por que seguimos creyendo q la.mineria nos sacara de la pobreza?, si ya somos 500 anos de pais minero y seguimos siendo pobres. La gente no sabe ni siquiera que es el.PBI, pero repiten como.monos que tiene que crecer el PBI para salir de la.pobreza. Con la derecha no gobiernan los presidentes, sino las corporaciones. Somos esclavos del sistema capitalista, con el cual trabajamos consumimos y pagamos deudas. Y donde esta la democraca y la libertad de expresion , sino podemos criticar y menos cuestionar al sistema capitalista,sino automaticamente te tldan de terrorista, izquierdista, desastabilizador, tenemos q aceptarlo como ovejas. Necesitamos educacion y salud gratis para todos los Peruanos para salir de la pobreza. Y que este sistema nos deje de pasar TV basura, que aliena a nuestros hijos como si vivieran en EEUU. Es hora de un cambio

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  • el 10 abril, 2016 a las 9:27 am
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    Esta vez – y sólo está vez – estoy de acuerdo con el Sr. Hildebrant. Llevo años llorando de pena y desesperación viendo como los políticos se burlan de nosotros, nos manipulan a su antojo, nos dicen lo que queremos oír no lo que ellos piensan y quieren hacer.

    A este momento, los candidatos son: los unos – sinvergüenzas en su máxima expresión, corruptos en nuestras propias narices, canallas disfrazados de elegantes y expertos cuando en realidad van a vender nuestro país por dos reales a los extranjeros.

    Los otros – hablan de igualdad social pero usan ideas antiguas porque no han avanzado mentalmente ni han tenido el coraje para decir que esos conceptos ya se comprobaron que no funcionan.

    Y se han dado cuenta que ningún experto ha hablado sobre el voto en blanco o nulo, como la voluntad del pueblo que siempre se puede usar????

    Despertemos y tomemos conciencia.

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  • el 10 abril, 2016 a las 9:51 am
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    Un comentario honesto y patriótico que pocos párrafos dice lo que han hecho los banqueros, la Confiep y el mismo sistema neoliberal contra los pueblos. Recuérdese que el neoliberalismo como sistema ha fracasado. E.E.U.U. tuvo 110 millones de desempleados después del 2008. Se hundió toda Europa, pero los fundamentalistas siguen creyendo que es la única solución para los problemas económicos, políticos y sociales.
    César Hildebrandt es un gran periodista y el único que llama a las cosas por sus nombres.
    Feliciano

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  • el 10 abril, 2016 a las 12:05 pm
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    Entonces, no hay candidato para estas elecciones. Tenemos que elegir a nadie, porque de los que están pareciera que ninguno es el idóneo. La mesa está servida y hay que servirse, seguiremos votando por el menos malo, aquel candidato que tenga experiencia y que no repita lo de Alan Garcia de los 80s. Que Dios nos coja confesados.

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  • el 10 abril, 2016 a las 1:00 pm
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    Y si Velazco ni siquiera hubiera hecho el golpe de Estado y la continuidad democrática no se hubiera interrumpido, hubiera existido el debate democrático sobre la necesidad de una reforma agraria como la reforma de la Constitución Nacional de las cuales ya estaba discutiéndose desde integrantes del primer gobierno de Fernando Belaúnde. Así, en un marco de libertad y democracia, hubieran sido posible estas dos reformas que el país tanto necesitaba, bien debatidas, pensadas y efectuadas, una gran oportunidad que se aniquiló en un golpe de Estado. La dictadura impidió todo este proceso y todo lo que ésta generó fue un empobrecimiento general de todos los peruanos, especialmente de los menos favorecidos.

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  • el 10 abril, 2016 a las 1:21 pm
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    Ni la derecha ni la izquierda el centro es el equilibrio de un Perú prospero y de igualdad para todos los peruanos asi que decidí votar por accion popular

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  • el 10 abril, 2016 a las 8:54 pm
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    Tiene bastante sentido lo que dice, el problema es que como Toledo, Vargas Llosa y otros tantos, es un poco hígadito, por lo tanto hay todavía caminos intermedios en el país.Sólo un loco pensaría que con este modelo se puede avanzar, quizás crecer económicamente si pero no desarrollar, para eso se necesita EDUCACIÖN algo de lo que casi ningún candidato ha hablado.

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  • el 11 abril, 2016 a las 10:43 am
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    gracias sr Hildebrandt por seguir con esta noble misión de ilustrar y abrir los ojos y conciencia del pueblo, enceguecido por las sombras de tanta ignorancia provocada por gobiernos eternos de la derecha desde hace muchas décadas atras, no se educa ahora ni nunca, el país tiene el peor sistema educativo del mundo, acaso este no es un grandísimo origen de muchas consecuencias sociales que laceran nuestra población.

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