La cultura del mal

Jorge Bruce

El azar hizo que me tocara coordinar un taller en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), justo la semana en que la ministra, Gloria Montenegro, repitiera la célebre frase “Perú, país de violadores”. El área con la que me reuní, gracias a Otrosí, la empresa de capacitación que pertenece a la dinámica Marita Olaya, fue precisamente la Dirección General Contra la Violencia de Género (DGCVG). Interactuar con el sector público siempre es una experiencia valiosa e instructiva.

Su labor es esforzada y a menudo no bien recompensada. Sus responsabilidades pueden ser enormes. Gracias a Daniela Viteri, su directora, una funcionaria joven, comprometida y muy competente, aprendí que uno de los desafíos centrales de la DGCVG para este año es lo que denominan “rectoría”. Consiste en hacer coordinar la política pública correspondiente con los sectores vinculados. A saber: El Ministerio Público, el MINEDU, el PJ, la PNP y algún otro que se me escapa.

Parece que esta vez el MEF es de la partida, lo cual, sobra decirlo, es esencial. Pero todo dependerá de los resultados obtenidos. Lo cierto es que se trata de una tarea urgente. La consabida frase de la ministra ha despertado reacciones airadas hasta en el Premier, por la sencilla razón de que es correcta. La cultura machista imperante en nuestro país avala y fomenta, consciente o inconscientemente, la violación. Tanto la violación física como psicológica de las mujeres.

No se puede enfrentar este flagelo, en el que ocupamos los peores lugares a nivel mundial, con eufemismos como “El Perú es un país de gente de bien”. La realidad que viven las mujeres a diario en las calles y campos del país es siniestra porque se enfrentan a una cultura del mal: machista, racista, clasista, homofóbica, etcétera.

La reunión con los funcionarios del MIMP me confirmó algo que he constatado en otras oportunidades: el sector público hace lo que puede en condiciones muy retadoras. Y eso que en esta oportunidad me tocó un grupo motivado y hasta aguerrido. Pero se sentía también el desaliento de tener que lidiar con obstáculos enormes. De hecho, la violencia de género es un enemigo feroz, de esos que se te mete en la piel. Para comenzar porque nos la han inculcado desde pequeños. Querer mantenerla vigente como herramienta de poder, como hacen algunos grupos políticos, es una abyección.

https://larepublica.pe/sociedad/2020/01/13/jorge-bruce-la-cultura-del-mal/

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