El Perú que queremos

Jorge Arboccó Gallardo

El actual paro de los pueblos indígenas del Perú lleva cuarenta días, las negociaciones se iniciaron hace ocho meses y el problema se inicio hace más de cuatro años desde que el estado firmo lo que sería el inicio de un Acuerdo de Promoción Comercial con Estados Unidos, el mismo que compromete a nuestro país a adecuar su legislación.

Penosamente, la adecuación de nuestra legislación viene pasando por que el gobierno decrete por delegación del Congreso, una serie de normas que atentarían contra los intereses de miles de peruanos. Los temas neurálgicos de estas normas, no han sido objeto de un debate nacional que involucre a la ciudadanía, principalmente a la población que podría ser afectada, sean estos los indígenas, agricultores, pequeños y medianos empresarios nacionales y menos con la demás ciudadanía que no hemos podido brindar opinión en asuntos en que podríamos vernos afectados por los acuerdos en temas tan importantes como el de comercialización de medicinas y del uso de agua, entre otros muchos.

El mismo Congreso viene demostrándose poco efectivo para representarnos, antes prefiere delegar sus funciones y al momento de atender los reclamos de la población, sufre bajo su propio sistema administrativo y las divergencias e intereses a su interior.

Nuestro país, sus gobernantes y la ciudadanía debemos reflexionar sobre el proceso político, económico y social de nuestro país. La Unidad de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo, alertó que durante el mes de abril, 125 de de los 250 conflictos sociales en el país correspondieron a temas socio-ambientales, de los cuales 99 se encuentran en estado activo y 26 latentes, contándose nueve casos nuevos en relación al mes de marzo[i]. Esto refleja un creciente problema que podríamos relacionar directamente con la visión de desarrollo que el Perú y otros países vienen asumiendo progresivamente desde la década de los noventa. Este modelo ha optado por una liberalización a ultranza de la economía, sin buscar mayores salvaguardas y subsidios como sí las aplican los países llamados, desarrollados. Esto claro, en desmedro de nuestros agricultores, pequeños y medianos comerciantes y en general, de la mayoría de peruanos que no estamos enganchados directa o indirectamente a una empresa trasnacional, número de personas que no representan a la mayoría de peruanos que sí están comprendidos en el rubro agrícola y de comercialización.

Otro tema en agenda es el presupuesto nacional, desde la firma del Acuerdo Nacional [ii]como plataforma consensuada a nivel nacional para impulsar el desarrollo y gobernabilidad del país, las propuestas vertidas en éste para la redistribución del mismo, no se han llegado a plasmar en el periodo y montos que se habían planificado. Sin embargo, en nuestro país, el presupuesto destinado al sector defensa se eleva diametralmente, aún en este tiempo de recesión donde deberían privilegiarse asuntos como la salud y educación a los que también se les ha aumentado el presupuesto, pero, que en un medida que no lleva comparación con el aumento del sector defensa.

Bien ha dicho el especialista en temas amazónicos, Roger Rumrill, en su artículo: Alan García: “el Perú no es chacra de nadie” recientemente publicado donde comenta: “(Alan García dice) “riqueza del Perú es de todos los peruanos” es un chiste de pésimo gusto. Porque el modelo neoliberal, en el Perú, Estados Unidos o China, es concentrador de riqueza. En el Perú quienes se reparten la torta de la riqueza son las compañías mineras, petroleras, los bancos, las aseguradoras, las AFP, los oligopolios y los oligopsonios. Entre tanto, de acuerdo al Inei[iii], el 50 por ciento de la población peruana percibe 118.7 soles al mes; el 40 por ciento tiene ingresos de 370.2 soles mensuales y el 10 por ciento recibe 1,390 soles mensuales.”[iv]

Bajo esta situación, el Perú tiene graves problemas de gobernabilidad. La protesta indígena solamente ha puesto en agenda una situación que se va agravando día a día. Ahora, que esta situación se ha entremezclado con vistos de discriminación, la misma que el Padre Salomón Lerner señalaba como fuente de la violencia en el Perú en el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Los indígenas ahora son vistos por el gobierno de turno como una suerte de “perros chunchos del hortelano” que en palabras textuales de nuestro presidente significa que la “riqueza del Perú es de todos los peruanos”; eso claro, incluye los recursos y territorios indígenas. Entonces, mientras se defienden los derechos de propiedad de las empresas, ¿por qué no se pueden defender los derechos de propiedad de los indígenas?

La paz social será fruto de la justicia social que se instaure en nuestro país, necesitamos retomar consensos y el dialogo del Perú que queremos construir, el llamado es urgente, los convocados somos todos y todas.


[i] Datos de la Defensoría del pueblo. Fuente: www.inforregion.org.pe

[ii] Mayor información del Acuerdo Nacional en: www.acuerdonacional.gob.pe/

[iii] Instituto Nacional de Estadística e Informática.

[iv] Fuente: http://actualidadmatinal.blogspot.com/ )

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