Europeos, movilizados para evitar un Titanic del Euro
El jueves 21 de julio de 2011 debe celebrarse una cumbre europea para fijar el segundo paquete de rescate de Grecia y buscar una solución duradera a la crisis. Se espera que Europa impida esta semana que la crisis de la deuda se propague a Italia y España, países cada vez más acosados por los mercados.
Los títulos de la deuda española e italiana a diez años alcanzaron un nuevo récord este lunes 18 de julio a media jornada debido a la preocupación que suscita en los inversores el futuro de la zona euro. Otra señal del nerviosismo de los mercados con respecto a Europa son los importantes retrocesos que se han registrado a media jornada de hoy en las bolsas europeas.
«Estamos como en el Titanic: ni los pasajeros de primera clase se salvan», dijo el viernes pasado el ministro italiano de Economía y Finanzas, Giulio Tremonti. Y luego agregó: “Europa se encuentra ante una cita con el destino: para salvarse se necesita la política y no las finanzas. La política no puede equivocarse en este momento”. Pero cuatro días después de esa declaración ante los senadores italianos, los políticos europeos siguen sin llegar a un acuerdo.
Los dirigentes de la Eurozona tienen que superar aún importantes divergencias, en particular entre el Banco Central Europeo (BCE) y Alemania, para cerrar el próximo jueves en Bruselas el segundo paquete de rescate de Grecia y evitar que la crisis de la deuda se propague a economías de mayor peso en la unión monetaria.
El presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, dio a entender que había recibido señales satisfactorias de los grandes países, en particular de Alemania. La canciller alemana había declarado este fin de semana que condicionaba su presencia en esa cumbre a «un resultado» concreto, sin excluir una reestructuración de la deuda griega.
Llegar a un acuerdo se torna urgente para evitar el contagio a otros países como Italia y España. La publicación de los resultados de los «stress test» a 91 bancos de la Eurozona el viernes, en los que solo ocho fallaron el examen, no han logrado disipar el nerviosismo de los mercados.
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