La hora loca

Jerónimo Centurión

Sólo la cultura, la educación, la búsqueda de conocimiento, la construcción de nuestro universo personal. Endeble, gris, pero nuestro. Soberbio, con fisuras, pero auténtico. Ese es la única ruta que conozco hacia ese otro terreno incierto que significa la libertad de actuar de acuerdo a nuestros propios principios. Preceptos. Nuestro propio y solitario camino. Sin influencia de ninguna religión, credo, dogma o imposición.

Hace casi medio siglo en el Perú, aquellos escépticos, agnósticos y al mismo tiempo idealistas, se reunían a conversar y planear como hacer de este un país distinto, más justo, más solidario. Sus ideas, teorías, estrategias, y conceptos eran la base de lo que alguna vez fueron partidos políticos.

Fujimori, con el apoyo de los evangélicos, ganó las elecciones en 1,990. Su victoria significó la destrucción de los partidos políticos. La educación pública inició su inacabable crisis mientras la televisión y la prensa basura comenzaban su apogeo.

Pero la vida continúa. Seguimos adelante, nuestro PBI es la envidia en la región, nuestra cocina es venerada, Machu Picchu es maravilla del mundo. Todo sigue su rumbo. Pero cuando cae la noche, cuando la rueda de la modernidad no nos alcanza, cuando caemos enfermos, cuando somos asaltados, violados o discriminados. Allí aparece la religión, presta, siempre atenta, lista con el bastón para ayudarnos a levantarnos. Reza, ni se te ocurra abortar, vuelve a rezar mil padres nuestros para que Dios castigue a los violadores, para ahuyentar el demonio de la homosexualidad.

Puede que no se hable mucho al respecto, pero necesitamos creer y la crisis de los partidos políticos le ha dejado el terreno servido a las diversas religiones que existen en el Perú.

La multitudinaria marcha por la vida del pasado domingo fue una demostración de poder perfectamente planificada de parte de la iglesia católica que lidera el ortodoxo cardenal Cipriani. Ojalá tuviesen las ONGs de derechos humanos, reproductivos y sexuales el misma poder de convocatoria, el mismo presupuesto, logística y aliados poderosos. La concentración capitalina fue abrumadora.

En el interior, en las zonas más pobres de la costa y sobretodo de la sierra, son grupos religiosos bastante más dogmáticos y conservadores los que se disputan el liderazgo entre los fieles. Desde pentecostales, hasta ordenados militantes del Opus Dei. Parecen vendedores de Herbalife. Sólo que más manipuladores y efectivos.

En ese sentido, con la prensa que tenemos, con los niveles de educación que aún padecemos, con la televisión basura financiada por millonarios conservadores y sin partidos políticos que puedan dar la mínima pelea, me opongo al referendo que propone el ingeniero Cipriani. En este contexto, la voz del pueblo no es la voz de Dios. Hitler pudo haber propuesto un referendo para justificar sus acciones y probablemente lo habría ganado. Los derechos humanos no se votan, se defienden.

Me parece literalmente extraordinario que el actual ministro de justicia, Daniel Figalo respalde la propuesta del congresista Bruce y ojalá el parlamento tenga un mínimo de independencia al momento de votar. Espero que recuerden que el Perú es un Estado laico y que impedir la unión civil entre personas del mismo sexo es un atentado contra los derechos humanos.

En el mismo sentido, es una sorpresa positiva que la ministra de Salud, Midori de Habich, haya anunciado que aprobará el protocolo de aborto terapéutico. Es decir, que los doctores sepan que, si un embarazo pone en riesgo la vida de la mujer, estarán respaldados por el Estado para salvarle la vida. Hace 80 años que se aprobó esta ley y la Iglesia Católica, a través de diferentes mecanismos de presión, ha impedido que el Ejecutivo la reglamente.

En medio del actual caos político, dos propuestas de este nivel son para prestarles suma atención y apoyo. Nos toca ahora, colegas, amigos, compinches, informarnos, vigilar, respaldar abiertamente y si es necesario salir a las calles para ejercer presión pacífica. Estos escenarios no se repiten todo el tiempo y podrían servirnos para despertar nuestro aletargado civismo.

http://diario16.pe/columnista/8/jeronimo-centurion/3231/la-hora-loca

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