Dos pájaros de un tiro…

Gustavo Espinoza M.

Por respeto a los lectores y a Julio Arbizu –probo hombre de leyes- debo recordar que la frase alusiva a Marino Martínez y Consuelo Jerí en homenaje a Micaela Bastidas en Palacio de Gobierno ante los reyes de España, le pertenece a él. La tomé para resaltar el valor de artistas peruanos en esa circunstancia. Hecha la precisión, vamos a lo de hoy:

Aparte de ser el cuarto álbum de un proyecto musical de Juan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, la expresión “dos pájaros de un tiro” elogia la puntería, y la capacidad de fuego, de un experto tirador que, con una sola bala, puede acabar con la vida de dos apetecibles presas.

Alan García, sin embargo, es más que un experto tirador. Es un maestro de la retórica, esa que aprendió en su momento de Haya de la Torre, quien, a su vez, la tomó de Benito Mussolini. “Il Duce” era diestro en el manejo de las palabras, y tenía como oficio más placentero encandilar multitudes hablando desde la ventana de un edificio en las cercanías del Capitolio de Roma.

“Cuando Mussolini habla, el cerebro descansa” solían decir quienes aplaudían frenéticamente al líder de las Camisas Negras en los años del esplendor fascista. También lo dirían, años más tarde, en él día “de la fraternidad” los más conspicuos dirigentes del APRA, aludiendo a Haya.

Esa misma sensación la tuvieron multitudes en los años 80 en nuestro suelo, cuando hubo quienes se sintieron en una Corte Celestial, al lado de AGP.

Pero ahora, pasados los años del encanto; y en el otoño de su verbosidad ostentosa, García se conforma con simple alusiones políticas.

Así, dijo recientemente: “la prueba que la justicia peruana está politizada, radica en el hecho que Keiko Fujimori está detenida”.

De esa manera, y muy sueltamente, pretendió apuntar paralelamente, en tres direcciones. Primero, afirmó que, sí, que la Justicia Peruana estaba politizada; razón por la que carecía de base jurídica el conjunto de acciones que hoy se procesan para incoarlo.

De paso, aseguró que él mismo, era víctima de una persecución política; razón por la que su forzado “asilo” en la vivienda del embajador de la República Oriental del Uruguay, estaba plenamente justificado. Este segundo, era él mismo, claro; vale decir, un pájaro de alto vuelo. César Hinostroza Pariachi y Moisés Mamani, batiendo palmas, dirían lo mismo.

Y para completar el triplete dejo caer así la idea que Keiko Fujimori -su compañera de Mafia- era víctima de un acoso político. Tres conceptos en apenas 17 palabras. Más que un cazador experto, García se catapultó como un creador de retórica para la exportación política. Si cobra cien mil dólares por conferencia, ¿cuánto cobraría por frases como ésta?.

http://diariouno.pe/columna/dos-pajaros-de-un-tiro/

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