20 años de corrupción: De vladivideos a Lavaaudios y codinomes

Claudia Cisneros

El último 14 de setiembre se cumplieron 19 años de la difusión del primer vladivideo que impulsó el establecimiento del sistema anticorrupción peruano que es hoy ejemplo en todo Latinoamérica. Ese sistema anticorrupción tiene el mérito adicional de haber estado siempre en minoría y a contracorriente de antiguas y nuevas asociaciones criminales del poder político con el judicial. Lo que hace casi dos décadas nos enterábamos acerca del funcionamiento delincuencial y corrupto de la bancada fujimorista, sometida voluntariamente al mandato imperativo corruptor de Alberto Fujimori y Montesinos a través de los vladivideos, sigue igual de vigente con la aprendiz más esmerada de los reos Alberto y Vladimiro: la hoy presidiaria Keiko Fujimori. La misma forma de copar y controlar los poderes del Estado –que en una real democracia son autónomos del poder político– sigue siendo practicada por Keiko y sus secuaces congresales con la llamada mafia de los “Cuellos Blancos” y “Hermanitos”, indignos representantes de los aparatos de justicia peruanos. Así como la deleznable Blanca Nélida Colán (ex fiscal de la Nación que en realidad era Fiscal de la Corrupción de Montesinos y Fujimori) protegía y servía a esos corruptos (motivo por el que además fue condenada a prisión), hoy vemos cómo Keiko y sus cómplices en el Congreso protegen a Chávarry y demás hermanitos, mientras ellos hacen lo suyo desde sus blindados puestos de poder. Así como Montesinos y Fujimori, en complicidad con el parlamento de las Martha Chávez, Luz Salgados y demás escuderas tomaron control del Consejo Nacional de la Magistratura, los organismos electorales y el Tribunal Constitucional (a cuyos magistrados indomables defenestraron), así igual Keiko y sus secuaces congresales tuvieron bajo control el Consejo de la Magistratura (felizmente ya disuelto) e infiltraron alfiles en el TC que en estos días decidirá sobre la prisión preventiva de la reo Fujimori; en tiempo record y con inadmisibles adelantos de opinión. Que el TC la libere en medio de la escandalosa quema de evidencia contable como una prueba más de su obstrucción a la justicia, sería más que un escándalo, un delito.

Estamos en una hora crucial de conflagración final entre dos poderes del Estado, pero no por asuntos de desarrollo nacional, ideas políticas o económicas debatibles o contrapuestas. Esta guerra es una guerra entre una organización criminal con fachada política que se resiste a acatar las consecuencias penales de sus delitos y un gobierno que pende de un hilo. Y es que su sostén en una ciudadanía fiel solo en tanto acometa las acciones para que la fuerza de lo corrupto no gane esta partida, y pierda otra vez el país.

A fin de mes se cumple el plazo del Congreso para aprobar el adelanto de elecciones o ser disuelto constitucionalmente, y mientras más se complica la situación penal de la cabeza de la sindicada agrupación criminal con nuevas revelaciones de obstrucción a la justicia (como la quema de evidencia contable de su caso), más se intensifican los ataques contra Vizcarra y contra el Perú y sus posibilidades. La reciente revelación de los 71 codinomes o alias de políticos que recibieron sobornos de Odebrecht explica la desesperación de los congresistas no solo de Keiko sino de los despojos de Alan, por liquidar a Vizcarra y al sistema anticorrupción antes que ellos queden liquidados cuando sus nombres y sobornos se conozcan.

Presten mucha atención a este video de 1998 (que dimos a conocer en mi programa de internet, En Voz Alta, en la campaña de Keiko del 2011 – https://bit.ly/2khLPdX) en el que Montesinos adoctrina a la bancada fujimorista en las instalaciones secretas del Servicio de Inteligencia en estrategia de control corrupto del Poder Judicial, CNM y TC. En él, sus palabras, registradas para la historia de la infamia en el Perú, superan cualquier guión de película de ficción. No es causalidad que como símbolo de continuidad de ese régimen corrupto de Alberto al de Keiko, veamos a Luz Salgado, la aplicada alumna de Montesinos y hoy alfil de Keiko, sacándose 20 en el examen sobre corrupción política. A casi veinte años de los vladivideos que destaparon la estructura corruptora y corrupta de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, vemos como con los audios de Lavajato y los Cuello Blancos, el Perú sigue infectado por la misma enfermedad fujicorrupta con Keiko Fujimori y su sindicada organización criminal. De los vladivideos a los Lavaaudios solo cambian los nombres y codinomes, pero el daño al Perú es uno y el mismo.

Por eso, el fujimorismo debe morir, debe ser proscrito políticamente por ser una organización de criminales cuya única pretensión es hacerse del poder para garantizarse más poder, impunidad y lucro criminal en contra de los mejores intereses de los peruanos.

https://larepublica.pe/politica/2019/09/15/claudia-cisneros-20-anos-de-vladivideos-a-lavaaudios/

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*