En defensa del consumidor. ¿Y dónde estuvo el gobierno?

Jaime Delgado Z.

ASPEC

Hace dos semanas se desarrolló en Johannesburgo, el encuentro de Evaluación Internacional del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD), convocado por el grupo de instituciones de las Naciones Unidas (Unesco, FAO, Banco Mundial, GEF, UNEP, OMS). En este encuentro participaron alrededor de 500 delegados a nivel mundial, entre gobiernos, representantes de sociedad civil y expertos. Se ha discutido y aprobado un importante documento que contiene las líneas matrices de lo que seguramente serán las políticas de desarrollo sostenible en agricultura, industria y el comercio de alimentos en las próximas décadas.

Frente al hambre que sufren muchos pueblos, a las distorsiones comerciales que afectan a los agricultores, a los desafíos de las nuevas tecnologías, científicos y expertos de todo el mundo, han trabajado los últimos 4 años para elaborar un importante diagnóstico y fijar algunos caminos que permitan a los gobiernos establecer políticas para garantizar a la humanidad acceso a alimentos seguros, pero también un aporte significativo de la agricultura a la conservación del ambiente y condiciones adecuadas de trabajo y de vida digna para los millones de agricultores que hacen posible que todos los días tengamos alimento en nuestras mesas.

A pesar de los avances tecnológicos de los últimos años, la humanidad no ha sido capaz de atender debidamente las consecuencias sociales y ecológicas que estos avances han traído (por ejemplo, uso que químicos en la agricultura) y que generan tremendas consecuencias para la salud de los consumidores y de los propios agricultores. Ahora nos encontramos en una situación tal que se hace necesario esbozar nuevas opciones.

Los expertos han coincidido en reconocer que en los conocimientos tradicionales de los agricultores existe una tremenda riqueza, aún no explotada adecuadamente . El Perú es una muestra de ello, tenemos más de 3 mil variedades de papa, que nuestros antepasados supieron crear y adaptar a todos los climas, alturas y suelos. Nuestra papa ayudó a paliar el hambre del mundo, pero nadie ha compensado ni agradecido a esos millones de agricultores.

La humanidad está dando una atenta mirada hacia los productos orgánicos, es decir, aquellos que no usan agroquímicos. En este sentido, el Perú tiene una extraordinaria oportunidad y potencial de exportación. En nuestra sierra tenemos muchísimas tierras que tradicionalmente no usan plaguicidas. Esa debe ser nuestra apuesta de desarrollo sostenible, pero necesitamos de políticas de Estado claras y contundentes y un apoyo real a los agricultores que vayan por este camino.

Fue penoso que en esta importantísima reunión de Naciones Unidas no hubiera ni un solo representante de nuestro gobierno, siendo que el Perú tiene un pasado y futuro agrícola extraordinario.

http://www.larepublica.com.pe/content/view/215684/481/

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