Barrios Altos: matanza y torpeza

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César Lévano

Hace veinte años, a las 11:30 de la noche del 3 de noviembre de 1991, ocurrió la matanza de Barrios Altos en la que fueron asesinadas 15 personas, incluido un niño de ocho años de edad. Hubo además cuatro heridos de gravedad. El operativo pretendía eliminar a un grupo de senderistas que realizaba una pollada.

Craso error: esa noche había en realidad dos polladas en el solar del jirón Huanta 840. La del primer piso, la de la masacre, era de inocentes heladeros. En el segundo piso, según pude comprender días después viendo una tarjeta de invitación, sí había senderistas.

Los sobrevivientes narraron que a los de la pollada en el primer piso los obligaron a tenderse boca abajo, y de inmediato dispararon ráfagas hacia las cabezas y las espaldas.

En momentos en que hay quienes pretenden amnistía para Alberto Fujimori, autor intelectual de ese y otros crímenes, el caso los desnuda.

En el juicio que se ventiló en La Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema contra Fujimori se precisó que agentes del Grupo Colina habían tomado conocimiento, “a través del agente Douglas Hiver Arteaga Pascual (a) Abadía –infiltrado en el Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso– que en la referida actividad se encontrarían presentes miembros activos” de Sendero Luminoso.

En el volumen que recoge la Sentencia de la Sala de la Corte Suprema se menciona el testimonio del periodista Umberto Jara, “quien entrevistó sistemáticamente a Martín Rivas, el jefe de Colina”. “Sostiene (Jara), que Martín Rivas le dijo que la guerra de baja intensidad se inició el 3 de noviembre de 1991 con el operativo Barrios Altos –de esa casona salieron los terroristas que combatieron la afrenta contra los Húsares de Junín–”.

Obsérvese que Martín Rivas no dice que los asesinados fueran los autores de “la afrenta”. Dice que de esa casona salieron los terroristas, sin precisar si partieron del primer o del segundo piso.

Rivas reconoció “que elaboró el plan de operaciones de Barrios Altos –cuando se ingresó al solar había terroristas y otros que no lo eran, pero ese distingo no se hace en una guerra–”.

Esas expresiones reflejan la torpeza y crueldad con que las fuerzas del orden libraron la guerra de baja intensidad. La autoría intelectual corresponde a Fujimori; Vladimiro Montesinos, asesor de Inteligencia de Fujimori; Nicolás de Bari Hermoza, expresidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas; general Luis Salazar Monroe, exjefe del Servicio Nacional de Inteligencia; general Juan Norberto Rivero Lazo, exjefe del Servicio de Inteligencia del Ejército.

Después de la matanza, Montesinos declaró que los agentes Martín Rivas y Rodríguez Zabalbeascoa lo visitaron: “Esos imbéciles habían venido a darme cuenta y me van a comprometer”. Demostración de culpa y cobardía.

http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columna-del-director/barrios-altos-matanza-y-torpeza_98354.html

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