Bienestar y felicidad (4)

Pablo Quintanilla

Las investigaciones empíricas sugieren que hay algunas circunstancias vitales que, estadísticamente, afectan en mayor medida la experiencia de la felicidad, produciendo un índice subjetivo que va del 1 (menor felicidad) al 10 (mayor felicidad). Si comparamos estos resultados con la curva del ingreso promedio per cápita de los países, obtenemos algunas conclusiones importantes. (i) En general, los países ricos tienen altos índices de felicidad (los más felices son: Holanda, Dinamarca, Canadá y Suiza, con un promedio de 9.6) y los países pobres tienen bajos índices de felicidad (los más infelices son: Ucrania, Moldavia, Zimbabue y Rusia, con un promedio de 4.1). Sin embargo, no hay una relación directamente proporcional entre riqueza y felicidad, pues hay países muy pobres que tienen altos índices de felicidad (Nigeria, Vietnam, Indonesia y Filipinas, con un promedio de 8.2). Aunque hay países muy ricos que no son muy felices (Japón y Alemania, con promedio de 8.4), no hay países ricos sumamente infelices. Entonces, hay países pobres con índices muy bajos y muy altos de felicidad, pero no hay países ricos con índices muy bajos de felicidad.

(ii) No es verdad que más riqueza genere más felicidad. Por ejemplo, Japón y Estados Unidos tienen las curvas de crecimiento más altas desde 1958, pero su índice de felicidad se mantiene constante. En líneas generales, la riqueza puede proteger de la infelicidad, pero, cubiertas las necesidades básicas, la mayor riqueza no genera mayor felicidad.

(iii) El Perú está entre el 25% de países más pobres, pero su índice de felicidad es intermedio (6.8), estando al nivel de Marruecos, Uganda, Eslovaquia y Polonia, a pesar de que es significativamente menos pobre que Uganda y Marruecos y menos rico que Eslovaquia y Polonia.

(iv) Hay países con poca libertad económica, política y personal que tienen altos índices de felicidad, aunque los países más libres suelen tener índices altos de felicidad y los países menos libres tienen índices bajos de felicidad. En líneas generales, los ricos y libres son más felices que los pobres y poco libres, pero no es el caso que mientras más rico y libre sea uno, sea también más feliz, ni que ser pobre y menos libre implique necesariamente ser infeliz.

De igual manera, los estudios indican que hay una correlación entre la felicidad y el que uno juzgue positivamente su vida, desde el punto de vista moral y valorativo. El próximo jueves veremos algunas relaciones entre el desarrollo psíquico del niño, el desarrollo de su conciencia moral y la experiencia de la felicidad.

http://diario16.pe/columnista/32/pablo-quintanilla/2271/bienestar-y-felicidad-4

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