Inclusión: ¿Para qué y para quienes?


Pablo Quintanilla

Es un hecho que el Perú es un país con demasiadas exclusiones y excluidos. Tan cierto lo es, que una de las prioridades del Estado es lograr mejores mecanismos de inclusión. No queda claro, sin embargo, qué es exactamente lo que la inclusión se propone, a quiénes hay que incluir y en dónde, ni por qué deberíamos hacerlo. Por ello, comenzaré hoy una serie de breves artículos que intentarán abordar estos temas.

La inclusión es el proceso por el que se involucra en los mecanismos de poder, toma de decisión y oportunidades a aquellos que tradicionalmente no han tenido acceso a estos. Incluir es también acoger como parte del grupo social al que uno pertenece, a aquellos que no han sido considerados dignos de ser parte de él. En última instancia, la inclusión es reconocer que hay personas diferentes de uno que, teniendo la libertad de seguir siendo diferentes, tienen los mismos derechos que uno tiene. El consenso político e intelectual actual es que la inclusión es una exigencia ética, así como una condición necesaria para el progreso y el desarrollo de las sociedades. Por supuesto no siempre ha sido así. Lo normal en la historia de la humanidad ha sido la exclusión, pues eso permite fortalecer el grupo al que uno pertenece y dejar fuera de los beneficios a los demás.

Pero hay algunas preguntas incómodas que es necesario afrontar. Por ejemplo: ¿Cómo debemos actuar frente a los que no quieren ser incluidos? ¿Podría la inclusión ser una manera de subordinar al otro, haciéndolo formar parte de un grupo que lo acepta como un ciudadano de segunda categoría? ¿Cómo podemos hacer para que la inclusión no se convierta en un proceso de colonización, en que obligamos a los excluidos a incorporarse a una forma de vida que no les corresponde ni les interesa, pero que nosotros consideramos suficientemente digna de ser valorada como para que termine incluyendo a todos los demás? ¿Podría la inclusión convertirse en una forma de imperialismo del mercado?

Pienso que la inclusión no es un fin en sí mismo, sobre todo si, por la razón que fuera, los excluidos no quisieran ser incluidos, o si incluir a los excluidos se reduce a incorporarlos a la sociedad de consumo. Mi opinión es que la inclusión es un medio para alcanzar algo que sí es un fin en sí mismo, tanto en el ámbito social como individual, y que es una ecuación de dos elementos: libertad y autoconocimiento.

Si la inclusión fuera un fin en sí mismo, nos sentiríamos moralmente obligados a incluir incluso a aquellos que no quieren ser incluidos, lo que en muchos momentos de la historia ha sido un pretexto para la colonización. Sí, por el contrario, la inclusión es un medio para maximizar la libertad de las personas, evitamos que se pueda convertir en una forma de subordinación. Sobre esto continuaremos el próximo jueves.

http://diario16.pe/columnista/32/pablo-quintanilla/2433/inclusia-n-a-para-qua-y-para-quienes-i

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