Maquiavelo o cómo quebrar la resistencia indígena
Róger Rumrrill
En octubre de 2013 concurrimos a la Cumbre de Comunicación de los Pueblos Indígenas de Abya Yala en México y en ese mismo mes a la Cumbre Global de Mujeres Indígenas en Lima. Esta última organizada por Chirapaq. Las conclusiones de ambos eventos, ignoradas por los medios que sirven a los poderes fácticos, denuncian que la mayor amenaza de los Pueblos Indígenas del mundo en el siglo XXI es la oleada extractivista que los despoja de sus tierras y territorios.
Las multinacionales en colusión con el Estado peruano subordinado, han puesto en ejecución una estrategia astuta y perversa que sintetiza la filosofía moral y política contenida en “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo: dividir, fragmentar organizaciones e imponer dirigencias paralelas y ficticias y debilitar a los Pueblos Indígenas para quebrar la resistencia y entrar a saco partido a sus tierras y territorios. El fin justifica los medios.
Los operadores de esta maquiavélica operación se encargan del trabajo sucio de infiltrarse en las comunidades, casi siempre como asesores, y “comprar” dirigentes indígenas en su mayoría cuestionados y expulsados de sus bases comunales.
Podríamos citar muchos casos. Pero mencionemos el que quizá sea el origen de una nueva convulsión indígena en la Amazonía. Las empresas petroleras Maurel et Prom y Pacific Rubiales dueñas del lote 116 “compraron” a la Comunidad Awajúm de Kashaap en el Marañón una superficie de 40 mil metros cuadrados por un monto de 452 mil soles para iniciar sus actividades de prospección petrolera. De por medio no hay Consulta Previa y solo el “acuerdo” con algunos dirigentes de Kashaap, ahora dividida y en conflicto.
Las Comunidades Awajúm y Wampis, las mismas que enfrentaron al Estado en “La Curva del Diablo”, el 5 de junio de junio del 2009, están convocando a una nueva resistencia contra esta maquiavélica estrategia de destrucción de sus tierras y territorios y, por tanto, de sus vidas.
http://laprimeraperu.pe/
