¡Es por tu bien!

Rocío Silva Santisteban

De la misma manera como un padre autoritario le pega a su hijo, no un coscorrón sino con un látigo de tres puntas, para dizque disciplinarlo y asegurar que en el futuro sea una persona recta, y en el acto le dice: “si te pego es por tu bien”, este gobierno que comenzó administrando bonanza y sigue con un PBI en azul, pretende recortarle derechos a los jóvenes que aún no tienen empleo o que cesaron en uno, con el cuento “es-por-tu-bien”. Los jóvenes organizados han salido a detener el látigo autoritario en el aire a través de la indignación en las calles como lo han venido haciendo los jóvenes de todas las épocas, movilizándose y coreando contra la traición de una administración que subió al Estado con un discurso y que lo trocó casi en el acto, doblegándose hasta la genuflexión, frente a los poderes fácticos: “Ollanta nos decía/ que todo cambiaría/ mentira mentira/ la misma porquería”.

Hasta Cecilia Blume, la lobista preferida del MEF y en las antípodas de mi manera de entender el mundo, ha dicho que es un despropósito seguir adelante con la ley. Pero los aplicados tecnócratas actuales, sin entender que también administran ese mundo de la política y del poder, siguen insistiendo a través de su principal vocera, Nadine Heredia, que con la reglamentación de la “Ley Pulpín” se podrá modular esta indignación juvenil. Qué torpes. La ley está agonizando porque los jóvenes le han asestado un golpe de muerte y si se pretende seguir con un respirador artificial llamado “mínimos cambios técnicos” se está obviando que un país no se gerencia sino que se gobierna.

Eso sí lo entiende, de manera equívoca, el gran “disciplinador” de esta ideología “es-por-tu-bien”: me refiero al Ministro del Interior Urresti, que pretende recortar derechos constitucionales porque para él movilizarse debe ser con una ruta que conozca la policía, con las caras descubiertas, sin mochilas y con DNI en la mano. Quizás esas fueron en su época —y esto es— las marchas de la CGTP o de Construcción Civil pero no la de esta generación que tiene otros métodos, otras pautas, otras indignaciones. Ni siquiera resucitando al zombie del terrorismo —que mucho más daño causa en el VRAEM con su demencia y fanatismo— Urresti puede posicionar una autoridad que, en verdad, jamás se logrará con gritos ante las cámaras.

Para quienes no entienden estas movilizaciones, es preciso que sepan que se organizan en/por/adentro de las redes sociales, esto es, con foros cerrados y abiertos, discutiendo permanentemente a tiempo real, con información privilegiada y documentada con fotos, videos, textos. Estos espacios virtuales se articulan en reuniones reales casi asamblearias, con liderazgos difusos que no son jerárquicos ni estancos, que no responden a una disciplina ni sindical ni partidaria, por lo mismo, muchas veces se toman decisiones “sobre la marcha” literalmente y así, las rutas propuestas por los dirigentes, son totalmente trastocadas por los propios movilizados.  Junto con esta extrema espontaneidad de los jóvenes, tenemos también líderes hombres y mujeres con información y formación sobre sus derechos, intereses y con propuestas políticas concretas que han presentado como aporte alternativo a la necesidad de promover un empleo juvenil digno y dignificante.

Hoy, a los jóvenes de nuestro país, no se los va a tragar el Minotauro. Menos con el cuento “es-por-tu-bien”.

http://www.larepublica.pe/columnistas/kolumna-okupa/es-por-tu-bien-30-12-2014

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