El clima de París se calienta

​​María José Esteso Poves

“El cambio climático lo tenemos ya aquí. Eso no se puede negar. Y lo que está claro es que el ser humano ha provocado ese cambio ambiental y eso está afectando al bienestar de las personas y pone en peligro la viabilidad del sistema. Ésta es una crisis multidimensional: ambiental, social y económica”, señala el investigador Iñaki Arto, del Basque Centre for Cli­mate Change, que estudia causas y consecuencias del cambio climático.

Entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre se celebra en París la Cumbre Internacional sobre el Cam­bio Climático, COP21 (21 Confe­ren­cia de las Partes). En este encuentro se pretende sustituir elprotocolo de Kioto (1997) por otro vinculante en el que los países participantes se comprometan a poner freno a las emisiones contaminantes. También como novedad, se quiere conseguir que los compromisos adquiridos sean evaluables cada cinco años. Sin embargo, la propia responsable de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Christiana Figue­res, ya anunció a finales de octubre que los compromisos voluntarios presentados por 147 países (la UE cuenta como un Estado), de los 196 que está previsto que participen en esta cumbre del clima, no son suficientes. Las emisiones van a seguir creciendo.

El peligro de superar 2 grados

Los científicos ya fijaron que no se debía sobrepasar una subida de dos grados a finales de este siglo, como umbral de seguridad para el planeta. Pero las emisiones ya son tan elevadas que el cambio climático no se puede parar. “Sus impactos ya los estamos viendo”, ha reconocido Figue­res, y ha añadido que “no vamos a solucionarlo”, pero que es necesario controlar situaciones peores.

La ONU asume el cálculo de la Agen­cia Internacional de la Energía, que sostiene que en 2100 la subida de la temperatura media del planeta será de 2,7 ºC si no se reducen las emisiones a partir de 2030. “Se estableció en el Panel Intergu­berna­mental para el Cambio Climá­tico (IPCC) que el límite de dos grados era considerado el punto de no retorno, porque a partir de dos grados, hiciéramos lo que hiciéramos, se fundirían los glaciares, se dispararían los índices de metano, etc. Y si ahora se pretende que sean 2,7 grados, el punto de no retorno ya sería superado”, dice Jonathan Gómez Cantero, climatólogo, experto en riesgos naturales y revisor del Quinto Informe de Evaluación del IPCC de la ONU. Sin embargo, Figueres se muestra optimista y señala que en 2030 muchos países habrán alcanzado los objetivos fijando como horizonte los 2,7 grados.

Las organizaciones ambientales acusan a la ONU de no reconocer la gravedad de la situación, señalan que el incremento a finales de siglo puede superar incluso los tres y cuatro grados de media, y afirman que la Cumbre de París se está preparando como “un acuerdo de mínimos”.

“No estamos dispuestos a falsos acuerdos otra vez”, declara a Diago­nal el portavoz de Cambio Climático de la federación Ecologistas en Ac­ción, Javier Andaluz. Insiste en que los acuerdos voluntarios que presentaron los países a finales de octubre suponen sobrepasar los 2 ºC, tope de seguridad, e incrementar las emisiones entre un 37% y un 50% en 2030, y entre un 40% y un 70% en 2050, con respecto a 1990. “Esto significa que en menos de 15 años sobrepasaremos las cantidades de emisiones contaminantes máximas para mantenernos dentro del margen de seguridad [subida de 2 ºC]”, afirman desde Ecologistas en Acción. Andaluz sostiene que la subida de las temperaturas recomendada de dos grados es una media global, “pero en el caso de España y todo el arco mediterráneo podríamos estar hablando de una subida de tempe­raturas mayor, que podría ser de cuatro, cinco, seis grados o más”.

Patrones comunes

La responsable de Energía y Clima de Greenpeace, Tatiana Nuño, señala: “El problema de los compromisos de los 147 países presentando recientemente es que no existe un patrón común y muchos se han fijado compromisos de reducción de emisiones respecto a 2005, otros respecto a 2007, y con proyecciones unos a 2025, otros a 2030, 2050…”. Por ello explica que es necesario que la cumbre de París fije “patrones comunes y vinculantes para saber cuánto van a subir las temperaturas”. También admite que hay estudios “más pesimistas”, de organizaciones como la Carbon Tracker, que documentan una subida de la temperatura a finales de 2100 de cinco grados, e incluso otros mantienen que será de ocho grados. Desde Greenpeace se insiste en que es necesario salir de París con “el compromiso de todos los países de acabar con la quema de combustibles fósiles en 2050”.

Con respecto a Kioto, el presidente de EE UU, hasta hace poco el país más contaminante, se pronunció hace dos meses sobre el cambio climático: “No tenemos otro planeta, no hay plan B”. Y en agosto aprobó el llamado Plan de Energía Limpia, que pretende que EE UU reduzca las emisiones de dióxido de carbono de sus plantas energéticas de carbón en un 32% para 2030 respecto a los niveles de 2005. Según datos del Banco Mundial, hasta 2011 EE UU era el país más contaminante de CO2 con emisiones de 17 toneladas métricas per cápita, el 19% mundial, superado en 2009 por China, ahora en el primer puesto, con unas emisiones per cápita de 6,7 toneladas, el 22% mundial. Brasil emite 2,2 toneladas per cápita, Alemania 8,9, Francia 7,1 y España 5,8, entre otros.

Por otro lado, China, líder del grupo de los 77, que reúne a los países emergentes, ha declarado que tiene como objetivo alcanzar su pico de emisiones de dióxido de carbono en 2030. Las emisiones de Chi­na provienen en parte de empresas internacionales instaladas en su territorio. El año pasado China consiguió reducir sus emisiones de carbón.

Efectos del cambio climático

Los efectos sobre el cambio climático ya se dejan sentir en todos los países. “Este verano, en el hemisferio norte, según los datos astronómicos, será el sexto mes de junio más cálido desde 1961. Julio se convirtió en un mes extremadamente cálido, con 2,5 ºC por encima de la media, el más cálido de la serie histórica, es decir, desde que se tienen registros”, afirma Gómez Cantero. Además, fenómenos como el huracán El Niño se prevén cada vez más agresivos. “En el hemisferio sur, y cuando entre el verano [22 de diciembre], la costa pacífica sudamericana se prepara para un fenómeno de El Niño muy fuerte”, señala el climatólogo. El huracán de 2015 está considerado como el peor de los últimos 60 años.

Pero no sólo es el clima. Las especies están sufriendo también los efectos del cambio climático. El informe The Living Planet Report 2014 constata que la mitad de la fauna salvaje ha desaparecido en los últimos 40 años. Otro informe, publicado en la revista Sciencie Advances, señala que en total 617 especies han de­saparecido a causa de la acción del hombre, y eso incluye el actual “consumo humano insostenible”, señala. De entre esas especies, los científicos han estudiado la pérdida de anfibios a causa de la quitridiomicosis, una enfermedad infecciosa producida por el hongo B. dendrobatidis que está diezmando las poblaciones de anfibios. Los inviernos más cortos y menos fríos favorecen el aumento de la humedad en la época de cría, y el aumento de los días cálidos durante metamorfosis favorece la enfermedad. Se sabe que más de un tercio de las casi 7.000 especies de anfibios conocidas del planeta están amenazadas, y de momento más de 250 especies se consideran ya completamente extinguidas en la naturaleza.

También el cambio climático afecta a laadaptación de especies invasoras, como la hormiga argentina, que “estaba presente en las zonas del Mediterráneo y no entraba en la península porque era una zona más fría. Ahora la tienes en toda la geografía española”, señala Fernan­do Valla­dares, biólogo e investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Además, Valladares apunta que la fenología (estudio de los factores climáticos y los ciclos de los seres vivos) cuenta con muchos informes que apuntan al cambio climático: “Sobre las aves migratorias, cuando llegan y cuando salen, sobre la floración o la fructificación de las plantas. Son miles de evidencias que señalan que los ciclos se están adelantando. Hay miles de estudios. O losproblemas de polinización de algunas especies, porque el polinizador no responde igual al cambio climático que las plantas”.

Fenómenos naturales extremos

Otra consecuencia del cambio climático son los fenómenos naturales extremos, como las sequías u otros desastres. Por ello miles de personas ya se ven obligadas a emigrar, son los llamados refugiados climáticos, que ya son una realidad. François Gemenne, experto en geopolítica ambiental y coautor del informe La situación del mundo 2015, del World­watch Institute, editado en castellano por Fuhem Ecosocial e Icaria, señala que “los desastres meteorológicos desplazaron a unos 140 millones de personas, un promedio de 23 millones de personas al año, entre 2008 y 2013”. Si, como se prevé, el nivel de los océanos va a subir hasta un metro a finales este de siglo “y son las zonas costeras y los deltas fluviales las regiones más pobladas de la Tierra”, señala el informe, esto provocará una oleada de refugiados climáticos. Y, si como apuntan los científicos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) en su informe de 2014, se van a modificar las lluvias, se va a generar pobreza einseguridad alimentaria en amplias zonas del planeta.

Sin embargo, a algunos gobiernos no parece impresionarles todo esto. La ministra de Ecología anfitriona de la Cumbre de París, Segolène Royale, declaró en junio que las negociaciones sobre cambio climático son “una pérdida de tiempo”. Por otra parte, al cierre de esta edición se hizo público que, a partir del 13 noviembre y durante un mes, el Gobierno francés va a impedir el libre tránsito en sus fronteras. Francia se acoge al artículo 23 del acuerdo de Schengen, que permite a los países miembros restablecer controles durante un máximo de 30 días “en caso de amenaza grave para el orden público o la seguridad interior”. Varios colectivos ya estaban encontrando problemas un mes antes de la cumbre para conseguir visados para viajar al país galo.

La Coalition Climat 21, que agrupa a más de 130 organizaciones sociales y ambientales, denuncia también que el Ayuntamiento de París no garantiza el alojamiento de los miles de activistas que se han dado cita en París. De momento “sólo se habían garantizado mil plazas en espacio públicos”.

Se publica este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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