Videíto ya no manda

Gabriela Wiener

Fue nuestro cambio de milenio. Una revolución. Y sí, fue televisado. ¿Cómo si no? El advenimiento de ese primer “vladivideo”, el que reveló la punta del iceberg de excrementos en que Fujimori y Montesinos habían convertido al Perú nos cambió la vida. Reveló nuestra miseria. No se podía caer más bajo. Y a partir de ahí intentamos volver a construirnos, desde la calle, desde algunos medios entonces independientes, desde algunos poquísimos líderes entusiasmados. No salió tan bien. Los líderes se revelaron como nuevos caudillos. Qué poco serio fue todo eso. Qué pobre. Quince años después, incluso quienes abanderaron ese gran destape están degradados, corrompidos por la inercia de unos valores inmediatistas y megalómanos: ¿acaso no se puede ayudar a cambiar el país fuera de las esferas del poder? Quince años después, también, vemos otro video con otro Fujimori. Esta vez prueba, de manera fehaciente, en la cara de quien quiera verlo, que la hija del dictador ha roto la misma ley por la que se sacó de carrera a otros candidatos a la presidencia (da risa, la palabra queda muy grande ante todo este circo), pero resulta que no, que a ella no se le aplica la ley. Justo como en tiempos de su padre.

Ver a la rubicunda y transpirante señora Fujimori darle trescientos soles a un joven bailarín de hip hop —como parte de una campaña propagandística tan burda, tan idiotizante, tan Fujimori— es aún más terrible que ver a Kouri y Montesinos. Porque aquello sirvió para traerse abajo un régimen. Lo estábamos viendo ¿se acuerdan? Y era incontestable. Y ahora las pruebas están allí otra vez, y resulta que nadie (¿el JNE?) quiere verlo. En quince años hemos vuelto a adormecernos (menos ustedes, los que están en la calle protestando y que son nuestra única esperanza) y ya no parecen servir ni las imágenes. Si es así es que al final sí hemos caído más bajo. Si es así es que algunos, o muchos, siguen en la salita del SIN esperando su sobre.

http://larepublica.pe/impresa/la-contra/749353-videito-ya-no-manda

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