¿Y ahora?

Eduardo Dargent

El contenido de la resolución del Jurado Electoral Especial que señala que Keiko Fujimori sigue en carrera echa más sombras sobre este proceso electoral. Siendo coherente con lo que he venido sosteniendo desde hace semanas, no estoy de acuerdo con la salida de candidatos por resoluciones de este tipo. Espero que hoy quede claro para todos los que, de buena fe, aplaudieron la severidad del JNE y JEE, lo irresponsable que fue abrir esa puerta.

Sacar a Fujimori ya habría hecho de esta elección un sinsentido. Nos guste o no ese 30% que vota por ella vería la elección como una farsa. Pero dados los antecedentes cercanos (y los de los noventa) para un porcentaje similar o mayor de opositores la resolución es profundamente injusta. Que además fuera hecha pública de madrugada a horas de un partido de Perú, refuerza la sensación de tongo.

Sí, hay aspectos distintos al caso Acuña. Pero el contenido de la resolución es básicamente un manual sobre cómo burlar la ley y una capa de maquillaje sobre la realidad. Introduce criterios sobre la procedencia de los bienes no contemplados en la ley, señala con claridad cómo entregar regalos sin que sea punible y minimiza la naturaleza electoral del acto donde participó Fujimori.

Es probable que esto se ponga peor. Si el JNE confirma la resolución se le volverá a poner bajo la lupa. Y su conformación desde espacios judiciales anuncia que probablemente buscando un poco se encuentren amiguismos o negocios que confirmen más vínculos con los beneficiados por sus fallos. Hasta el propio JNE se ha dado cuenta de que su legitimidad está en la lona y se ha rodeado de rejas.

Y si además a este clima enrarecido se le añade el previsible macartismo de la prensa y élites empresariales si Barnechea o Mendoza pasan a segunda vuelta, la sensación de injusticia se acrecentará. Si la conducta de los medios es como la del 2011, cuando se volcaron a beneficiar a Fujimori y satanizar a su rival, esta mezcla ya resultaría explosiva y el resultado electoral un remedo de elección justa. ¿Sacará la CONFIEP anuncios en televisión? ¿Armarán programas especiales para salvarnos de nuestra irresponsabilidad?

El daño que ya se ha hecho al proceso es irreversible. Decir que la elección continúa y que esto se decide en la cancha hace que hoy la mitad del país lo vea a uno como ingenuo o cómplice. Y sin embargo, con todas las alertas encendidas por lo que este escenario nos recuerda de los noventa, creo que la salida menos dañosa todavía hoy es insistir en que esto debe decidirse en la cancha. A pesar del daño hecho, todavía hay espacio para que las preferencias de los electores decidan el resultado. Como debió ser desde un inicio, cuando por estupidez o manipulación a algunos se les ocurrió que este país, estas instituciones, estos partidos, estas élites políticas y económicas inmaduras y/o corruptas, aguantaban el protagonismo de la justicia electoral.

Ser consciente de ello implica exigir responsabilidad a muchos actores. El Presidente y la primera dama deben aceptar que su gobierno gris no les da espacio para protagonismo alguno. Que los encargados de las encuestas no sean vistos tomando partido por nadie, pues son ellas las que irán mostrando las preferencias. A los medios responsables (a los parcializados no se les pide ya nada) que critiquen, informen, editorialicen, pero no carguen la mano, no mientan ni traten en forma desigual las opciones en carrera. A los empresarios que no vuelvan a sus juegos de kingmakers (o queenmakers, mejor dicho). Y a los políticos, de un lado u otro, que se den cuenta de que sea quien sea el que gane, no le conviene que su triunfo se lea como una trampa y dejen de insultar a quienes no votan por ellos y protestan legítimamente en su contra. Porque espacio para resbalones ya no queda.

http://larepublica.pe/impresa/opinion/751356-y-ahora

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