STEPHEN HAWKING EXTENDÍA LOS ALCANCES DE SUS TEOREMAS DE LA SINGULARIDAD Y A LA VEZ PROTESTABA EN CONTRA DE LA GUERRA DE VIETNAM
Luis Vélez
En marzo de 1968, hace exactamente medio siglo, Stephen Hawking extendía los alcances de sus fundamentales teoremas de la singularidad y a la vez marchaba para protestar en contra de la Guerra de Vietnam. Aquí lo tienen con sus bastones junto a Tariq Ali y Vanessa Redgrave en Grosvenor Square, en medio de ese turbulento año. Si ejercer y abogar por la razón y el pensamiento crítico, dar la batalla a la superstición y los fundamentalismos a través de la ciencia, representa en nuestros tiempos un potente acto político en sí mismo, esperen a ver, pues Stephen Hawking tenía un importante lado activista.
Conocido era su antibelicismo. En 2003 llamó “crimen de guerra” a la invasión de Irak. En 2014 escribió un artículo para The Washington Post llamando “abominación” a la Guerra en Siria: “Los humanos se están desarrollando cada vez más rápido. Nuestro conocimiento crece exponencialmente y con él, nuestra tecnología. Pero los humanos todavía tenemos los instintos, y en particular los impulsos agresivos, que tuvimos en la era de las cavernas. Y aunque no está claro que, a diferencia de la agresión, la inteligencia tenga un valor de supervivencia a largo plazo, nuestra misma inteligencia humana denota una habilidad para razonar y planificar no solo el propio sino también nuestro futuro colectivo”.
Hawking era un eco-combatiente haciendo llamados al desarme nuclear: “Como científicos, entendemos los peligros de las armas nucleares y sus efectos devastadores, y estamos aprendiendo cómo las actividades humanas y las tecnologías están afectando los sistemas climáticos de formas que pueden cambiar por siempre la vida en la tierra”.
Abanderado de la lucha en contra del calentamiento global, se enfrentó directamente en más de una ocasión al desquiciado Donald Trump: “Estamos cerca al punto de inflexión en el que el calentamiento global se vuelve irreversible. Las acciones de Trump podrían empujar la Tierra al abismo, a convertirse en un planeta como Venus, con una temperatura de 250 grados y lluvias de ácido sulfúrico”. “El cambio climático es uno de los grandes peligros que enfrentamos y uno que podemos prever si actuamos ahora. Negando su evidencia, Donald Trump causará un daño ambiental evitable a nuestro hermoso planeta, amenazando al mundo natural para nosotros y nuestros hijos”.
Hawking ha sido hasta el final un firme militante por del aseguramiento de salud universal. Partidario de los Laboristas ha encarado a los Conservadores frente a cualquier posibilidad de recorte: “Mientras más ganancias se extraigan del sistema, más monopolios privados crecerán y más costosa será la atención médica. El aseguramiento de salud universal debe preservarse de los intereses comerciales y protegerse de aquellos que quieren privatizarlo”.
¿Qué más? Entre otras luchas, Hawking fue opositor al Brexit y, para horror de fanáticos religiosos, defensor de la investigación en células madre y uno de los renombrados científicos que firmaron una carta abierta al entonces Primer Ministro David Cameron exigiendo el indulto póstumo y formal de parte del Reino Unido a Alan Turing, el genio matemático condenado en 1952 a prisión y castración química por el hecho de ser gay. El pedido fue aceptado y ha sido el inicio de la “Ley Alan Turing”, parte de una reivindicación general de los derechos LGTBI en el Reino Unido.
