Perú: ¿Estamos en un momento constituyente?

Natalia Sobrevilla

Una carta magna no se cambia de buenas a primeras. Para ello es necesario encontrarse en un ‘momento constituyente’, y la pregunta es si estamos viviendo uno.

En total hemos tenido 10 constituciones, seis en el siglo XIX y cuatro en el XX. Rosa María Palacios nos ha recordado que todas las del siglo pasado fueron creadas por dictaduras. Tanto la de Fujimori como la de 1979 fueron redactadas por un Congreso y una Asamblea Constituyente, mientras que el gobierno de Sánchez Cerro dio la de 1933, y el de Leguía la de 1920. En el siglo XIX casi todas las constituciones fueron el resultado de guerras civiles, incluso la más longeva de nuestra historia: la a veces llamada ‘constitución moderada’ de 1860.

Pero las constituciones decimonónicas buscaban resolver temas claves: en 1856, garantizar la igualdad después del fin de la esclavitud y el tributo, así como la abolición de los fueros militar y eclesiástico, que eran cortes de justicia autónomas reservadas para esos grupos. En 1839 se implantó un sistema centralista, donde el Estado era unitario y las provincias estaban subordinadas a la capital. Esta Constitución fue reformada repetidamente hasta que los cambios no fueron suficientes y se desencadenó otra guerra civil.

Solo una de nuestras constituciones, la de 1828, tuvo en sí misma el mandato de reformarse y convertirse en una nueva. Esto porque los liberales que la redactaron temían que si creaban un sistema federal el país se disgregaría. Y si bien eso no sucedió, la Constitución que la reemplazó, la de 1834, se aprobó después de una intensa guerra civil; y la instabilidad llevó a la creación de una confederación con Bolivia, que dividió el Perú en una república del norte y otra del sur.

Las constituciones se pueden reformar o cambiar, y en el Perú hemos intentado ambas cosas. Muchos de los que no están convencidos de que es oportuno redactar una nueva Constitución consideran que es mejor seguir reformando la que tenemos. Desde el 2000 se han dado cerca de 20 cambios constitucionales, comenzando con el retiro de la firma de Fujimori, hasta la ampliación de los congresistas de 120 a 130 (que en vez de ser votados por distrito único tienen ahora una representación regional). El comité de especialistas que trabajó con Vizcarra ha propuesto muchos cambios más, pero ni el Congreso anterior ni el actual los han implementado. Posiblemente tampoco lo haga el próximo.

Esto nos lleva entonces a la discusión sobre el momento constituyente. El Presidente Sagasti ha dejado claro que no cree que sea apropiado hacer ese tipo de cambios ahora.[1] Muchos temen que si eligiéramos una constituyente los representantes no serían mucho mejores que los actuales. Otros no quieren pensar en la posibilidad de que se cambie el capítulo económico, uno de los pedidos que viene haciendo la izquierda desde hace mucho.

Sin embargo, es necesario comenzar a hablar sobre el cambio constitucional, sobre cómo debe darse, y sobre qué es lo que se quiere cambiar y por qué.

Existen muchas maneras de llegar a una nueva Constitución. Una de ellas es utilizando los mecanismos de la democracia participativa, en la que los ciudadanos hacen más que votar por representantes. La tecnología hoy facilita que las discusiones se lleven a muchos lugares de manera inmediata. Es dable pensar en lo que los especialistas llaman “deliberación inclusiva”, que incluye asambleas ciudadanas, donde se debaten los cambios propuestos con toda la población; plebiscitos, congresos constituyentes mixtos, en los que participan políticos y ciudadanos comunes.

Este es un momento constituyente, pero eso no quiere decir que se deben hacer cambios inmediatos. Se trata de una gran oportunidad para discutir más que para redactar. Hoy, 200 años después de nuestra Independencia, podemos imaginar qué país queremos ser.

www.jugodecaigua.pe/estamos-en-un-momento-constituyente/

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