Perú: La ansiedad que nos carcome

Jorge Bruce

Son tiempos difíciles, qué duda cabe. El gobierno del profesor Castillo desmintió tajantemente a los profetas del comunismo, tanto a los de derecha como a los de izquierda. Lejos de instaurar una dictadura a la venezolana o cubana, se limitó a una incompetencia errática y acaso corrupta, a la peruana. Solo que parece empeñado en superar a todos los que lo precedieron en el siglo. A lo cual conviene añadir un silencio estuporoso cuando las aclaraciones son urgentes –caso Bruno Pacheco–, y unas esporádicas declaraciones cuando sería urgente callar. Por ejemplo, cuando amenaza a los medios que lo critican. Por no mencionar la impresionante cantidad de ocasiones en que ha desmentido a sus colaboradores, los cuales se limitaban a cumplir sus indicaciones, como la premier con su pésima gestión del cierre de minas.

Además, parece decidido a destruir los avances en materia de educación y transporte. Difícil decir si lo hace por complacer intereses gremiales o de veras se ha comprado el cuento de que ese es el sentir popular. Ahora resulta que la Sunedu o la ATU son instrumentos del capitalismo opresor, en vez de instrumentos indispensables para el desarrollo de un país en la cola de Latinoamérica.

Como resultado, su desaprobación aumenta a un ritmo toledano, por así decirlo. Paradójicamente, la mejor herramienta de la que dispone este régimen suicida es la oposición. Colocar a Patricia Chirinos como oradora principal en una marcha por la vacancia lo dice todo. Lanzar alaridos estridentes y antirrepublicanos desde el estrado –”¡Profesor Castillo, váyase al carajo!”– no es precisamente un programa.

Se requieren propuestas dirigidas a esas bases que Castillo, aun si quisiera hacerlo, no tiene idea de cómo ayudar. Se requiere una oposición pensante, capaz de formular un proyecto viable para el Perú. Lo cual no va a ocurrir porque, lamentablemente, buena parte del Legislativo es cómplice de la intentona de retrotraernos a las universidades de fachada y el caos del transporte.

En medio de este desmadre, nos encontramos los peruanos. Lo único que propone la oposición es vacancia. ¿Y después qué? El único modo de no dejarse paralizar por la ansiedad es exigir al gobierno que gobierne y a la oposición que proponga. Y que todo suceda en el marco de la ley. Después de todo, es lo único que nos contiene y da sentido como colectividad.

https://larepublica.pe/opinion/2021/11/29/la-ansiedad-que-nos-carcome-por-jorge-bruce/

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