Mostrándose las cartas

Mirko Lauer

Las recientes conversaciones Alejandro Toledo-Lourdes Flores-Luis Castañeda son muy comprensibles. Los tres dirigen partidos de derecha que para estándares peruanos pueden considerarse políticamente liberales. Los tres tienen que estar preocupados por el crecimiento de una marea de opinión autoritaria en las encuestas.

Toledo lo ha definido a su manera: son algunos de los partidos que lucharon por recuperar la democracia perdida en los años 90. La idea es que son también los partidos que podrían evitar el retorno del autoritarismo, en la versión de derecha o en el formato nacionalista. Suena atractivo, pero no parece ser un programa suficiente.

Un problema es que en esa reunión hay tres candidatos presidenciales. Si las conversaciones han sido para tentar un acuerdo de segunda vuelta, su agenda es bastante limitada. Más interesante resultaría un acuerdo en tiempo real para frenar el avance autoritario en los dos años que faltan para la campaña. Aparecer juntos en 2010-2011 puede ser demasiado tarde.

Parte del miedo en este sector de la política es que el Apra patrocine un candidato a la medida, como hizo con Alberto Fujimori en 1990. Hasta aquí se pensaba que Castañeda podría ser un patrocinado, pero su asistencia a la reunión sugiere que él mismo no está muy convencido, o que simplemente no siente necesidad de patrocinio.

La iniciativa tripartita es útil para empezar a comprender algo de la topografía del 2011: un sector políticamente liberal predominante, si logra alguna forma de unidad; un sector autoritario fuerte, pero dividido y con casi nulas posibilidades de unirse; un Apra y una izquierda con agendas propias, pero sin capacidad de orientar al 100% sus votos.

Otra manera de ver ese mapa es como una metamorfosis de la antigua división en tercios de la política electoral peruana: Apra, la derecha dura, un centro con alas a los lados. Las cosas se han traslapado desde entonces, pero la esencia del parecido es que sin alianzas será difícil ganar esa segunda vuelta del 2011.

Poniéndonos en el escenario más maduro, ¿cómo podría salir un candidato de esa troika? De haber voluntad política, no faltarían métodos: primarias abiertas, una encuesta específica, un cálculo estratégico realmente frío. Acaso más difícil que llegar al resultado sería mantenerlo en su sitio hasta el momento final.

Por último, ¿hay sitio para la izquierda en esta alianza? Por lo menos lo ha habido desde la campaña de Acción Popular en 1963. En la perspectiva histórica se ve más fácil que una izquierda madura se acerque a estos triunviros que a una alianza Yehude Simon-Apra. Pero antes de salir a vender limonada, los tres amigos tienen que montar el quiosco.

FUENTE:
http://www.larepublica.pe/observador/25/03/2009/mostrandose-las-cartas

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