A la tercera va la vencida

César Lévano

El ex presidente Alejandro Toledo ha calificado a Javier Velásquez Quesquén como militante de tercera del Apra. Jorge del Castillo sostiene que Velásquez es de primera.

Si se acepta la tesis de Haya de la Torre según la cual todo depende del punto de vista del observador, Del Castillo y Toledo tienen razón. En el aprismo actual, huérfano de cuadros, Velásquez resulta de primera. En la opinión general es de tercera.

Aplicar la teoría de la relatividad a la sociedad humana es, según Einstein, un esfuerzo vano. Haya de la Torre plasmó su esfuerzo en la tesis del Espacio-Tiempo-Histórico, cuyo carácter confuso determinó que Ciro Alegría se alejara del Apra, como consta en la más reciente edición de las obras del autor de El mundo es ancho y ajeno.

Escribió don Ramón de Campoamor: “En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira. / Todo es según el color / del cristal con que se mira”.

En la política criolla hay quienes creen que todo es relativo. Por ejemplo, cuando Velásquez Quesquén, entonces presidente del Congreso, se burló de las demandas amazónicas que pedían la derogación de los decretos legislativos 1090 y 1064, con lo cual provocó la ira de la selva y la tragedia de Bagua.

Hay quienes creen que Alan García nombró a Velásquez como presidente del gabinete para vengarse de los pueblos de la Amazonía. Puede ser, además, una señal de que García no quiere satisfacer las justas demandas de ésta.

Al margen de la ineptitud del premier para afrontar la crisis económica y el descontento creciente, esa designación es un desafío autoritario.

García está desesperado. Por eso lanza amenazas a la oposición, al tiempo que vaticina nuevos tiempos del “milagro económico peruano”.

La furia del presidente debe de haber crecido al enterarse de que The Economist, el semanario londinense, lo cataloga como un gobernante condenado al fracaso. Casi como un mandatario de segunda, o de tercera.

“El problema es que la popularidad del presidente se sitúa en torno a un triste 20% y las presiones, desde los escándalos de corrupción hasta los disturbios sociales están creciendo”, informa la revista, que no es por cierto chavista.

Todo es relativo. Las cifras del INEI sobre crecimiento del PBI y la disminución de la pobreza sólo las pueden aceptar economistas de tercera. En cambio, hay consenso nacional e internacional, sobre todo en la prensa de primera, en cuanto al carácter corrupto del régimen.

Escribe The Economist: “El señor Velásquez, al igual que el señor García, es miembro del Apra y ambos podrían sufrir con la decisión judicial de permitir a Rómulo León, un compañero aprista que está presuntamente vinculado en hechos de corrupción, a sustituir la cárcel por arresto domiciliario”.

He ahí un juicio de primera.

FUENTE:
http://diariolaprimeraperu.com/online/columna-del-director_11.do

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