La rebelión de los intelectuales

Sigifredo Orbegoso V

Se ha preguntado usted ¿por qué en forma inusitada los intelectuales peruanos masivamente y al margen de sus posiciones y matices ideológicos han rechazado la candidatura fujimorista, aunque algunos no hubieran explícitamente apoyado a Ollanta Humala? En efecto, incluyendo los más notables literatos, periodistas, artistas plásticos, juristas, sociólogos, historiadores, politólogos, médicos etc. lo han hecho tanto en forma colectiva como individual. Pero nadie ha querido quedarse al margen. Y todo ha ocurrido de un modo tan coincidente como si se tratara de una generación espontánea, sin ofertas ni manipulaciones.

Cuando el filósofo español José Ortega y Gasset escribió La rebelión de las masas (1930) de acuerdo al momento histórico que vivió, no se refería –como algunos creen– a una insurgencia de las masas proletarias, sino de lo que él llamó el “hombre-masa”.

Una especie de genio-ignorante en la medida que debido al avance de las ciencias surgieron las especialidades. En muchos casos esto determinó que pulularan gentes que solo tuviesen una visión muy parcializada de la realidad y que aparte de ella fueran incultas. No tenían una visión de la vida, del mundo y de la sociedad. Y de los valores, fuera de los crematísticos, nada más que vagas ideas había en su cabeza. Por lo tanto, carecían de su propia identidad. Eran y querían ser “igual a los demás”, con sus ambiciones, su egoísmo individualista y respeto sumiso por el orden establecido. Algo así como un PPK. No ve más allá de su macroeconomía.

Pero volviendo a los intelectuales peruanos –que como tales están desligados de los grandes intereses–,¿cuál ha sido la razón suficiente que los ha unido en ese rechazo como común denominador? Yo creo que ha sido la repugnancia a esa corrupción purulenta del fujimontesinismo en el poder y a sus horrendos crímenes y desprecio por los derechos humanos. Sin embargo, el detonante que los ha hecho rebelarse, estimo–salvo prueba en contrario– es el cinismo y la total desvergüenza con que la heredera y sus adláteres querían negar, ignorar o justificar, los hechos de los que de alguna manera casi todos habíamos sido testigos; cuando no, ellos eran evidentes para los que querían ver y tenían caletre para pensar.

Y para conseguir sus nefandos propósitos de impunidad y retorno al poder, no vacilaron –siguiendo la tradición familiar– en echar mano a todas las armas de guerra sucia en que son expertos. Así valiéndose de medios de comunicación a su servicio, calumniaron, a última hora sacaron “pruebas” para enlodar a Ollanta Humala, importaron “videntes” y sicarios televisivos. Pero no pasaron.

http://www.larepublica.pe/17-06-2011/la-rebelion-de-los-intelectuales

No a kkeiko 45.jpg

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*