Recordar para no reincidir

Pedro Salinas

Me encantó. Y creo que otras empresas e instituciones deberían sumarse a este tipo de campañas cívicas. Me refiero a la que ha emprendido con entusiasmo el Banco de Crédito del Perú, o si quieren, BCP, el cual hace unos días publicó a página entera en el cuerpo A del diario El Comercio una suerte de decálogo al que denominó “Pacto Peruano”, en el que anima a todos a sumarse con su firma, ya sea en su web o en cualquier agencia de dicha entidad financiera. En él se esboza una serie de menudas transformaciones en nuestro comportamiento que, hechas al unísono, podrían convertirnos en mejores personas y en un gran país.

En esta exhortación al compromiso, se apela, para más inri, a que nos comprometamos a tener una actitud más cívica, más positiva, más patriótica. O algo así. Y en varios de sus ítems, va a la yugular.

Ahí se enumeran diez bullets muy simples. A saber. 1) Aplaudir al peruano exitoso y no rajar de él. 2) Dejar la criollada solo para la música. 3) Hacer del diálogo y la tolerancia nuestras mejores armas. 4) Rechazar la discriminación en todas sus formas. 5) Convertir a nuestros hijos en verdaderos ciudadanos. 6) Buscar el orden para que las cosas funcionen. 7) Tener acuerdos sobre la mesa, nunca por lo bajo. 8) Manejar bien respetando las reglas y a los demás. 9) Ponernos objetivos como sociedad y cumplirlos. 10) Llegar al 2021 más unidos que nunca.

Claro. Siempre habrá alguien que diga “se olvidaron de esto y de lo otro”, como, por ejemplo, de aquella costumbre tan peruana de echarle la culpa de todo a los gobernantes en lugar de ser autocríticos. Porque a ver. Estoy seguro que entre algunos de ustedes habrá de los que acelera en ámbar, o se pasa la luz roja, o se zampa en las colas, o no respeta el crucero peatonal, o toca bocina por las puras, o tira basura a la calle, o es de los que, en lugar de optar por una buena lectura está pendiente por saber de las intimidades de las celebridades locales. Y en ese plan.

Pero algunas cosas esenciales, están. En el “Pacto Peruano”, digo. Ahora bien, no sé ustedes, pero a mí el punto número siete me hizo evocar automáticamente las conversaciones de Dionisio Romero con Montesinos, en junio de 1999, en la salita del SIN, cuando el capitoste del BCP prestaba su apoyo animoso a la re-reelección. Con declaraciones a la prensa local gestionadas por el propio Vladimiro y orquestadas en sus oficinas, por decir algo.

Para muestra basta un botón: “Yo te organizo el tema de la entrevista con El Comercio o con el mismo Expreso, que te manden el cuestionario por escrito, te organizo así”, le decía el brumoso asesor, y Romero asentía. “Encantado. Dalo por hecho. Dame el cuestionario”. “Yo voy elaborando las preguntas (…) y un proyecto de respuestas”, decía Vladimiro. Y Romero: “Lo hacemos en Expreso”. Y ya saben. Así se hizo.

“Para mí es básico para ganar (…) quitar en la Constitución la segunda vuelta”, decía Dionisio en otro momento. “No puedes modificar la Constitución (…) No podemos cambiar las reglas de juego”, le corregía paradójicamente Montesinos.

También recuerdo aquella otra vez en la que Romero visitó a Montesinos para decirle: “Hay un temita (…) que puede que sea de interés para ayudar un poquito a ganar las elecciones (…) pero que es de mi interés de bolsillo (…) Hay un arancel de 25% al trigo (…)”. Y claro. Montesinos solícito le dijo: “¿Por qué no lo haces poner en una hojita eso (…) Indícale a tu secretaria, así nomás, las cosas e ideas que me haces y sugerencia(s) (…) Yo pienso que es factible (…) Pónmelo en un papelito”. “Yo te lo pongo”, dijo Romero en una. “Mándame una hojita nada más”, remarcaba el hombre de Fujimori. Y Dionisio: “Una hojita, después converso con él (en alusión a Belisario de las Casas, entonces ministro de Agricultura), y yo le digo: ‘Lo he conversado con…’”. “Dile que has conversado conmigo (…) Tú y yo tenemos una responsabilidad histórica, Dionisio”, remataba el Doc.

No sé si lo pusieron a sabiendas. Al punto siete, me refiero. Como un mea culpa. O un recordaris. O qué sé yo. Pero me parece bien el decálogo propuesto por el BCP. Ahora, si me preguntan, un undécimo acápite podría indicar: “Recordar para no reincidir”.

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