Perú: Necesidad moral de memoria

Salomón Lerner Febres

La prensa ha informado que MOVADEF se habría infiltrado en la marcha convocada por la CGTP para conmemorar el día del trabajo. Como se recordará, este grupo extremista ha propuesto una medida inadmisible: una amnistía general para quienes hayan sido condenados por lesiones a los derechos humanos durante el conflicto armado interno que ensangrentó al Perú.

La amnistía es un mecanismo legal que propugna el olvido y la supresión de sanciones a aquellas personas que han sido procesadas o condenadas por delitos. En este caso por crímenes de lesa humanidad. En la perspectiva de la legislación internacional relativa a los derechos humanos se trata de una medida inaceptable que obliga también a nuestro país.

Entendámoslo: sólo el ejercicio riguroso de la memoria y el trabajo de la justicia pueden ayudarnos a construir una genuina existencia democrática. Las pretensiones del MOVADEF son absolutamente cuestionables y resultarían nefastas para la democracia peruana.

De otra parte se está discutiendo en el escenario político y en los espacios de opinión si esta marcha infiltrada por MOVADEF ha propiciado la comisión de actos de apología del terrorismo, y si la legislación disponible sobre esta materia permitiría sancionar este tipo de eventos a los que concurren jóvenes que no conocen la dolorosa historia del conflicto armado interno que padecimos hacia fines del siglo XX. En el Congreso de la República se debate este tema y ello es importante. Sin embargo, el asunto de fondo consiste en preguntarse sobre el porqué de la existencia de un movimiento así; qué razones son las que lo origina que algunos jóvenes reivindiquen una ideología extremista y conceptualmente pobre. La respuesta en buena medida no es otra que la ausencia del trabajo de la memoria en el Perú.

Hace casi catorce años que fue entregado al pueblo del Perú el Informe Final de la CVR y los políticos de siempre se han esforzado desde entonces por impedir que se debata este documento en el espacio común. Se ha boicoteado sistemáticamente la incorporación de estos temas en la escuela y en la universidad pública. El precio pagado por esta controvertida vocación por la amnesia es el desconocimiento ciudadano de los terribles crímenes perpetrados por las organizaciones terroristas, así como el daño que han producido en nuestra sociedad. Una población desinformada se torna vulnerable frente a las estrategias del MOVADEF y otros grupos que se muestran complacientes con las acciones de Sendero Luminoso en contra de la sociedad y del Estado.

La única forma de derrotar al terrorismo y a los grupos que intentan promover la impunidad de quienes cometieron crímenes contra la vida en nombre de una ideología fundamentalista y agresiva es reconstruyendo la historia reciente del Perú, poniendo énfasis en la violencia terrorista y la violencia represiva; en la necesidad de sancionar a los culpables y de reparar a las víctimas; en encontrar caminos razonables para reconciliar al país sobre la base de la consecución de la verdad y la justicia.

La memoria crítica contribuye a la educación del ciudadano acerca de lo que sufrimos y no debemos repetir. Si bloqueamos la acción de la memoria perdemos la capacidad de enfrentar con agudeza y coraje las condiciones de la violencia en el país.

Hacer memoria en nuestras conciencias y en los espacios públicos constituye un requisito esencial para vivir en paz y en democracia.

http://larepublica.pe/impresa/opinion/874818-necesidad-moral-de-memoria

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