El diálogo imposible

Marco Sifuentes

Apuesto que usted, estimado lector, no tendrá idea de quién estoy hablando si menciono a Tamar “Tammy” Arimborgo. Esto cambiará, con seguridad, cuando le diga que se trata de la congresista que razonó en voz alta, durante un debate parlamentario, que si hay crímenes de odio, “tal vez hay crímenes de amor también”.

Resulta que esa señora es una de los nueve congresistas que este viernes bloquearon la reforma de la justicia. Todos los representantes de Fuerza Popular en la Comisión de Justicia se “abstuvieron” y consiguieron impedir que haya un dictamen para reformar el Consejo Nacional de la Magistratura.

Voy a elaborar uno de los argumentos esgrimidos por Arimborgo, para ejemplificar el tipo de personas que Keiko Fujimori considera que deben decidir el futuro de la justicia del país, pero también para que se vea el nivel de argumentos con los que algunos aún quieren “debatir”.

La propuesta de reforma, a la letra, dice “la elección de los miembros del CNM garantiza una participación equilibrada de consejeros hombres y mujeres”. Esto es algo necesario. Según detectó Ojo Público, en el Perú, de los 137 más altos puestos de los tres poderes del Estado, las mujeres solo ocupan el 21%. Plantear las bases de una “participación equilibrada”, con cargo a, más adelante, ver los mecanismos por los cuales aquella se garantiza, es, por tanto, más que razonable.

Para Arimborgo, en cambio, esto es una trampa. Según ella, si se fuerza la paridad, un aspirante varón al CNM podría declararse transexual para conseguir un cupo correspondiente a una mujer. En serio. Ella dijo que esto se debe a “un temita de moda” que es “la ideología de género”. Que “consiste en que yo no nazco varón o mujer, sino que en el transcurso de mis relaciones sociales yo decido si soy varón o mujer”. Bajo esta definición, que solo existe en la ilustre cabeza de esta señora, “cuando postulo para ser miembro del CNM decido cómo me voy a presentar: si deseo, me presento como Fulanito, bien masculino, o, si deseo, como Fulanita”.

¿Cómo es posible sostener una conversación mínimamente racional con una persona que cree que se le puede tomar en serio después de decir eso?

A estas alturas da lo mismo si esta señora y sus colegas realmente creen los disparates que dicen. El punto es que ya no se puede seguir asumiendo ni un mínimo de buena fe o racionalidad de parte de Fuerza Popular. No les importa caer en el ridículo más absoluto con tal de seguir perpetuando el caos que ellos mismos han desatado.

Han convertido al Congreso no en su chacra, sino en su trinchera. Desde allí están confrontando no solo al Ejecutivo, sino a todo el Perú. ¿Qué diálogo es posible con gente que vive en una realidad paralela a la del 97.2% de la población? Presidente Vizcarra: se acabó el momento de las palabras, es hora de pasar a la acción.

https://larepublica.pe/politica/1319140-dialogo-imposible

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