Presidente, ¿qué espera?

Claudia Cisneros

El día que el Congreso fujiaprista aprobó la cuestión de confianza propuesta por el gobierno dos cosas quedaron claras: (1) Ante la presión de un posible cierre del Congreso, los fujiapristas pasaron del ‘no ahorita, joven’ al ‘enseguida, doctorcito’ (2) El presidente está siendo burlado – y con él todos nosotros los peruanos.

Ese mismo 19 de setiembre, apenas horas después de esa victoria pírrica, Keiko Fujimori la emprendió contra Vizcarra durante un ralo mitin en Arequipa, sugiriendo que era un golpista y traidor. La periodista Rosa María Palacios fue de las primeras en advertir que lo aprobado por el Congreso era un ‘engaña-muchachos’ pues los congresistas no se comprometieron a plazos exactos ni a no modificar las propuestas del gobierno. Esto quedó confirmado días después cuando se difundió el chat (‘La Botica’) de coordinación de los fujimoristas en el que Luz Salgado le dice a Úrsula Letona que no entendía qué aplaudían. Y Letona le responde –palabras más o menos- que aplaudían que ahora los fujimoristas podrían cambiar como les viniera en gana los proyectos del Ejecutivo, que eran una “porquería”.

Dicho y hecho, todos los proyectos de reforma constitucional planteados por el gobierno han sufrido diversas, importantes y lesivas modificaciones por parte del fujiaprismo. En la reforma de la bicameralidad, han eliminado el tema de la paridad y un proyecto fujimorista pretende hacer que sea requisito haber sido congresista para ser senador. Una puerta falsa para que fujiapristas puedan reelegirse sacándole la vuelta a la no reelección. Sobre la financiación de partidos políticos, el fujiaprismo modificó puntos cruciales como que los partidos no tengan que informar sobre sus gastos e ingresos durante campaña, las dádivas no quedan prohibidas y se promueven aportes fantasma.

Mientras, Keiko se ha ratificado en llamar golpista a Vizcarra hace 5 días, la estrategia-cerco-Vizcarra ha sido retomada. El 21 de setiembre el írrito fiscal de la nación, Pedro Chávarry, anunció apertura de investigación contra Mercedes Aráoz y otros. No defenderemos a Aráoz que bien merece el repudio popular por sus mentiras y presuntos delitos, pero ciertamente esa investigación tiene motivación política: ella es la segunda al mando del gobierno de Vizcarra. También se ha reactivado el caso Chinchero contra Vizcarra en la Comisión de Fiscalización presidida por el fujimorista Luis López, quien ha pedido facultades investigadoras para poder incluso citar al mandatario.

Quizás el peor grito de guerra ha sido lo que sucedió el ultimo viernes de madrugada, cuando la mayoría fujiaprista de la Comisión Permanente ratificó el grosero blindaje a los magistrados implicados en la organización criminal “Cuellos Blancos”. El fujiaprismo “limpió a Hinostroza y 4 consejeros del CNM del delito de organización criminal” (Ronald Gamarra). Significa que estos indecentes magistrados no podrán ser investigados por el sistema de justicia como integrantes de una organización criminal y quedarían paralizadas la investigación de las probas fiscales Rocío Sánchez y Sandra Castro contra los Cuellos Blancos del Puerto.

Esta estrategia de blindaje mutuo tiene como objeto que el fujiaprismo pueda continuar siendo blindado de las gravísimas acusaciones de gran corrupción #Lavajato y #Lavajuez. Los políticos blindan a los magistrados corruptos y los magistrados siguen blindando a los políticos corruptos.

Esta es una clara advertencia a Vizcarra de que el fujiaprismo no dejará avanzar un milímetro la reforma anticorrupción que él anunció y pretende liderar. Clara señal de que nada los detendrá en su desesperada supervivencia política y criminal. Las preguntas que ahora caen de maduras son: ¿qué espera el presidente para actuar?, ¿por qué retrocedió creyendo nuevamente en los representantes de la criminalidad y el bullying político?, ¿por qué insistir en ese error?, ¿está el presidente con el pueblo en verdad o solo intentando salvar su pellejo? Esta historia ya la vivimos y exigimos al presidente del Perú que defienda la Justicia y la Democracia que los peruanos queremos y merecemos. Esta fuerza aplanadora de la institucionalidad, la justicia y la moralidad, y que se reviste de partidos políticos está hundiendo al país. No lo dejarán avanzar. La Botica quiere darle de su propia medicina y sacarlo del poder. Ya no sabemos en qué idioma decírselo: ¡Cierre el Congreso! Muy lamentablemente, no hay otra opción para un mejor Perú. ¿Qué está esperando, presidente?

https://larepublica.pe/politica/1328252-presidente-espera

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