MENSAJE PARA ANA ESTRADA
César Hildebrandt
Le han dado permiso judicial a Ana Estrada para disponer de su vida.
Me parece muy bien. Lo que me parece mal es que la Defensoría del pueblo aparezca como protagonista en este escenario.
¿Qué diablos tenía que ver esa institución con el drama privadísimo de Estrada, enferma doliente y aspirante a suicida por mano ajena? Nada, por supuesto. Pero el defensor popular que hoy tenemos tiene hambre de publicidad, sed de luces, apetito insaciable. Y allí está, haciendo ridículo en su nuevo papel de CEO de la Eutanasia. Y allí está la prensa que aletea y mira por la ventana a ver algún Kevorkian nuestro empieza a asomarse en la casa de Ana Estrada.
La muerte, la vida, el suicidio son los tres asuntos más importantes que se puedan discutir. Quizás sean los únicos tres temas sobre los que vale la pena discutir.
Si la muerte es el destino democrático y el último fotograma en donde aparecemos, eso no quita que no nos produzca terror. Quien diga que espera la muerte con la tranquilidad de un funcionario suizo, está mintiendo. No es la muerte lo que más tememos: son sus detalles, el tamaño de sus dolores previos, la desfiguración a la que nos somete durante las últimas semanas, la oscuridad del abismo al que nos asoma, los rostros y las voces que se alejarán definitivamente. Cuando empezó el proceso del cáncer que se lo llevó, Borges confesó que sintió la muerte como algo externo y frío. Eso debe ser. Sobre todo, para un no creyente como Borges.
¡Qué envidia sentiremos, al final, los tenaces incrédulos que no pudimos aceptar la otra dimensión, el consuelo de la reencarnación, el placebo grandioso de la inmortalidad! Como la eternidad es para nosotros una palabra reservada a la maldición o la leyenda, lo único que entendimos fue que el tiempo era nuestro enemigo y que la cuenta regresiva había empezado apenas, recién nacidos, lanzamos nuestro primer sollozo. Éramos, a lo Heiddeger, seres para la muerte, bocados inexorables de su voracidad. Pasto para piras, al final. Vocación de gusanos, bajo tierra.
Y aun así la vida es un imperativo hermoso, la mayor ilusión que el azar y la química crearon. No hay pesadumbre que pueda con el mandato de vivir, no hay desesperanza que lastime las ganas de ver amanecer el día siguiente. El lado soleado de nuestra animalidad nos exige vivir y no importa cuánto hayamos alimentado el desaliento ni cuántos libros como los de Cioran nos hayan roto: siempre será mejor vivir y ponerse a disposición de ese guión que no escribimos y donde sólo nos cabe, humildemente, actuar en papeles secundarios.
Decía Pasolini que la muerte edita nuestra vida y reordena sus capítulos con espíritu de narrativa. Es cierto. Los que se suicidan ponen el “fin” de la película con propósitos voluntaristas, pero no logran despejar la idea de que huyeron, de que se desvanecieron en la brega. Pienso en Stefan Zweig, que se mató a dúo con su mujer en febrero de 1942, cuando Hitler estaba ganando la guerra. Siempre me pregunté: dos años después, tras la derrota ante los rusos y el desembarco de Normandía, ¿el brillante judío Zweig se habría matado, e inducido a su esposa a hacer lo mismo, en el remoto Brasil?
Siempre será mejor vivir. Y vivir es luchar por lo que uno cree. Uno no puede creer en la muerte porque la muerte carece de ideas y de poderes de seducción intelectual. La muerte, además, tiene un enorme público cautivo. Pertenecer a su tribu es casi una redundancia. Amar la muerte es un desacato. No a dios sino al misterio, a la persistencia de nuestros latidos, a la inexplicable razón de la existencia.
Siempre será mejor vivir. De modo que ahora, que ya tiene el permiso de matarse, le pido a Ana Estrada que no lo haga. Ese quizás sea el verdadero ejercicio de su libertad.
Fuente: HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 528 26/02/2021 p12
https://www.hildebrandtensustrece.com/
Del dicho al hecho, hay mucho trecho. Si lo hace, que lo haga en silencio.
Si ella se siente dispuesta y muy decidida a perder … pues que lo haga aunque Dios aun no le permite su muerte … debe pensar muy bien la situación … claro que tiene la vida complicada pero esa no es mejor salida … quien sabe en algún momento inicia a mejorar su salud … mis mejores deseos para ella y que tome la mejor decicion .