Perú: Victoria inexistente

César Hildebrandt

La señora sale a las 9 y pico de la noche y tiene cara de triunfadora, voz reinante, ínfulas regias. Le habla al país y parece que le hablara a alguna república alpina y feliz.

La señora cree que ha ganado. Otárola, que la modeló a semejanza de Keiko, la ha convencido de que esta vez Lima no cayó –como con los chilenos, como con los 4 Suyos– y que el gobierno tiene larga vida.

Gran error, señora. Esto va a seguir. Hay gente tan terca como usted y que está empeñada en sacarla de escena.

No hay victoria, estimada señora. Lima fue tomada por la policía y el respaldo de los tanques del ejército hizo lo suyo. Hubo más policías que manifestantes y el resultado fue el previsible.

Pero lo que usted necesitaba era un triunfo político, un éxito del diálogo.

Ganaron las bombas lacrimógenas, las piedras de los manifestantes, la paciencia calculada de la policía. Pero usted requería que ganara un puente, el comienzo de un consenso, la vocación de un reencuentro.

El país necesita un gobierno que no apague incendios con gasóleo. Y usted tiene a un primer ministro pirómano que supone que el fuego purifica y quizá que la violencia esclarece.

No fue un triunfo, señora presidenta. Fue un homenaje a Pirro. Ha elegido usted el camino más áspero. Y parece convencida de que el poder es no ceder y que la arrogancia es buena consejera.

Muy pronto se arrepentirá. Cuando eso suceda me encantaría saber dónde se va a esconder el señor que la empuja al abismo. No había visto a nadie construir su próxima soledad con tanta eficiencia. En esa faena suicida es usted todo un personaje.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 619 año 13, del 20/01/2023, p5

https://www.hildebrandtensustrece.com/

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