DOS MINISTROS, DOS CAMINOS

José De Echave C.

Acaba de acusar de “estafadores a los latifundistas y a ciertos congresistas por hacer lobby a favor de la deforestación de la Amazonía”. Se declara contrario a la pavimentación de una carretera que cruza el área más sensible y preservada de la Amazonía: “solo la construcción de una carretera triplicó la deforestación, porque las exigencias ambientales no fueron adoptadas a tiempo”. Además, ha declarado que “la agenda ambiental está siendo agredida por los ministros”.

¿Quién afirma todo esto? No es Alberto Pizango, ni algún otro dirigente de AIDESEP. Es nada menos que el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Carlos Minc, que ha asumido en serio sus funciones y le viene señalando al presidente Lula que su gestión “está bajo ataque” por diversos intereses: grandes latifundistas que avanzan con todo sobre la Amazonía con sus proyectos de sembrar caña de azúcar para la producción de etanol; las diferentes industrias extractivas; la construcción de centrales hidroeléctricas y carreteras, etc.

Cualquier parecido con lo que pasa en el Perú no es pura coincidencia. El esquema de grandes inversiones y proyectos de infraestructura que se implementan de manera agresiva, busca dejar definitivamente en un segundo plano la preservación del ambiente. En este esquema, la política ambiental es casi decorativa y busca mantener ciertas apariencias.

Felizmente algunos no aceptan esto, ni se dejan seducir por el aparente poder que da el cargo público. Sin embargo, mientras el ministro de Brasil ha decidido dar la batalla; en el caso peruano nuestro ministro del Ambiente, no solo ha renunciado a asumir la defensa de los temas fundamentales de la agenda ambiental del país, sino que para beneplácito de los mismos grupos de interés que en Brasil tratan de traerse abajo al ministro Carlos Minc, pretende justificar lo injustificable: el señor Brack ha declarado que hoy en día ya no pueden ocurrir casos de contaminación como el del río Corrientes y que los Estudios de Impacto Ambiental son toda una garantía. No ha dicho nada sobre lo que viene pasando en La Oroya y sus discursos sobre los proyectos mineros y de hidrocarburos en determinadas zonas sensibles, han ido cambiando de manera sorprendente.

Lo que viene ocurriendo en países, como Perú, Brasil y muchos otros, demuestra que diversos intereses privados -las empresas y sus inversiones en general-, pretenden expandirse a un ritmo que supera largamente la capacidad que tiene la sociedad de controlar y regular, en función del interés público.

Esto no es sostenible; por lo tanto se necesita recuperar capacidad de regulación pública, que busque cerrar una brecha que hoy en día es demasiado amplia y que termina atentando contra los derechos de todos. Ese es uno de los mensajes de la movilización amazónica que nuestro ministro del Ambiente y todo el gabinete no quieren entender.

http://www.cnr.org.pe/aa/textechave.shtml

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*