La subversión patrocinada por USAID en Latinoamérica no se limita a Cuba
Dan Beeton
Una nueva investigación de Associated Press de un proyecto de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) para crear una red de medios sociales al estilo de Twitter en Cuba ha recibido mucha atención esta semana. La noticia apareció en el propio Twitter durante gran parte del día de ayer cuando surgió y generó comentarios de varios miembros del Congreso de EE.UU. y otros responsables políticos. El proyecto “zunzuneo”, que según AP “apuntaba a debilitar al Gobierno comunista de Cuba”, era supervisado por la Oficina de Iniciativas de Transición (OTI) de USAID. AP describe la OTI como “una división creada después de la caída de la Unión Soviética para promover los intereses de EE.UU. en entornos políticos en rápido cambio sin la burocracia usual”. Sin embargo sus esfuerzos para debilitar al Gobierno cubano no son inusuales, considerando el historial de la organización en otros países en la región.
Como describió ayer el codirector de CEPR Mark Weisbrot en una entrevista con “Letters and Politics” de la estación de radio KPFA, la USAID y la OTI se han implicado en particular en diversos esfuerzos para debilitar a los gobiernos democráticos de Venezuela, Bolivia y Haití, entre otros, y tales “sociedades abiertas” podrían recibir un impacto mayor que Cuba de esas actividades. Los documentos desclasificados del Gobierno de EE.UU. muestran que la OTI y la USAID jugaron un papel central en Venezuela en el financiamiento y el trabajo con grupos e individuos después del breve golpe de Estado de 2002 contra Hugo Chávez. Un contratista clave de la USAID y la OTI en ese esfuerzo ha sido Development Alternatives, Inc. (DAI).
Más cables del Departamento de Estado publicados por WikiLeaks revelan que la subversión de la USAID y la OTI en Venezuela se extendió a la era de la administración de Obama (hasta 2010, cuando parece que acabó el financiamiento de la OTI en Venezuela) y DAI siguió jugando un papel importante. Un cable del Departamento de Estado de noviembre de 2006 explica la estrategia de la embajada de EE.UU. en Venezuela y cómo las actividades de la USAID y la OTI “apoyan [la] estrategia”:
Las implicaciones en la situación actual de Venezuela son obvias, a menos que supongamos que semejantes actividades han terminado a pesar de las decenas de millones de dólares de fondos de la USAID destinados a Venezuela, que en parte llegan a través de organizaciones como Freedom House y el Instituto Internacional Republicano (IRI), algunas de las cuales también financiaron a grupos involucrados en el golpe de 2002 (que destacado personal del IRI aplaudió públicamente en su momento).
El mismo cable de noviembre de 2006 señala que un objetivo del programa de la OTI era reforzar el apoyo internacional a la oposición:
Muchos de los miles de cables originados por la embajada de EE.UU. en Caracas que han sido puestos a disposición por WikiLeaks describen la comunicación regular y coordinación con destacados dirigentes y grupos opositores. Una favorita en particular ha sido la ONG Súmate y su líder María Corina Machado, quien durante los últimos dos meses ha llegado a los titulares por su papel en el movimiento de protesta. Los cables muestran que Machado ha adoptado históricamente posiciones más extremas que otros dirigentes de la oposición y la embajada ha cuestionado, por lo menos en privado, la estrategia de Súmate de desacreditar el sistema electoral de Venezuela, que por su parte ha contribuido a derrotas de la oposición en las elecciones (sobre todo en 2005 cuando un boicot de la oposición condujo a la dominación total chavista de la Asamblea Nacional). Las actuales protestas no son diferentes: Machado y Leopoldo López lanzaron la campaña “La Salida” a fines de enero con el objetivo declarado de forzar al presidente Nicolás Maduro a abandonar el poder y la promesa de “crear caos en las calles”.
Respecto al fracasado proyecto Zunzuneo de la USAID/OTI en Cuba, el presidente del Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno de la Cámara Jason Chaffetz (Republicano de Utah) comentó que: “No es lo que la USAID debería estar haciendo. La USAID ondea la bandera estadounidense y debería reconocerse en todo el mundo como un honesto intermediario para hacer el bien. Si comienza a participar en actividades subversivas, encubiertas, la credibilidad de EE.UU. disminuirá”.
Pero el historial de la USAID de participación en actividades subversivas es largo y la credibilidad de EE.UU. como “honesto intermediario” se perdió hace muchos años.
Publicado por Center for Economic and Policy Research el 4 de abril de 2014 .http://www.globalresearch.ca/