Perú: Qué hacer en la amazonía en 2017

Róger Rumrrill

Hay una agenda pendiente muy urgente en la Amazonía de hoy; la cuestión ambiental y la pobreza.

El año 2016 ha sido uno de los peores en términos económicos, ambientales, sociales y políticos para la Amazonía, la región que representa el 70 por ciento del territorio nacional, que posee aproximadamente el 90 por ciento de las reservas de petróleo y gas del país y que es una de las regiones megadiversas todavía más ricas de la Tierra.

El escenario para para el año 2017 no asoma diferente, sobre todo teniendo en cuenta el contexto global: la nueva “guerra fría” Estados Unidos y sus aliados contra Rusia y China y que se disputan ferozmente el petróleo y la hegemonía mundial; el gobierno de Donald Trump que cree que el cambio climático es una “farsa inventada por los chinos” y la persistente y ya sistémica crisis del capitalismo tardío del siglo XXI.

El panorama político y económico nacional tampoco es alentador. El débil gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) no solo está siendo puesto entre las cuerdas por la mayoría parlamentaria de Fuerza Popular (FP), sino que ante la falta de resistencia, reacciones y estrategias políticas y sociales, existe el riesgo de que el gobierno de PPK termine fagocitado por la voracidad del mayor conglomerado clientelista e informal surgido en el Perú en el siglo XX y XXI, el fujimorismo.

Si eso le ocurre a PPK en lo político, en lo económico no le va mejor. El déficit fiscal sigue creciendo, las ilusiones puestas en el Acuerdo Transpacífico (TPP) se convirtieron en frustración con la elección de Donald Trump que tiene un discurso proteccionista. Queda por ver si el paquete de reactivación de PPK funciona en un país que tiene una tasa de informalidad del 70 por ciento y una corrupción ya endémica.

SITUACIÓN ACTUAL DE LA AMAZONÍA

El año 2016, reiteramos, ha sido un año crítico para la Amazonía. En crónicas anteriores, hicimos un balance de las cinco regiones amazónicas: Loreto, Ucayali, Amazonas, Madre de Dios y San Martín. De estas cinco regiones, la que está al borde de la implosión es Loreto y la que tiene una economía estable es San Martín. Ambas regiones pueden ser los ejemplos de qué hacer y no hacer no solo en la Amazonía, sino en todo el Perú.

Loreto vivió la ilusión del canon petrolero en la última década. Esta renta anual que oscilaba entre 400 a 500 millones de soles cuando el precio del barril de petróleo se cotizaba en 115 dólares, prácticamente se hizo humo cuando los precios del crudo cayeron a menos de 40 dólares.

El costo social, político, cultural de esta economía primaria-exportadora, cortoplacista y monoproductora ha sido devastador para la Loreto: más de 70 mil puestos de trabajo se han perdido en la región desde el año 2015, con su secuela de mayor pobreza y el crecimiento exponencial del narcotráfico y, por tanto, de mayor violencia y corrupción.

SAN MARTÍN: DIVERSIFICACIÓN

Por el contrario, en la Región San Martín, gracias a un tejido social e institucional consistente, a una menor tasa de corrupción y a una buena conectividad, entre otros factores de gestión y administración, se ha producido una mayor diversificación productiva basada en el cacao, café, arroz, palma aceitera, entre otros cultivos que, incluso, ha sustituido la mayor parte de la producción ilegal de coca y, por tanto, ha erradicado en parte el caldo de cultivo de la violencia.

Hay una agenda pendiente y muy urgente en la Amazonía de hoy; es la cuestión ambiental y la pobreza.

De acuerdo a la Sociedad Peruana de Ecodesarrollo, la deforestación en la Amazonía en los últimos 14 años ha devastado 11,316 kilómetros cuadrados de bosques, con un costo de 32,000 millones de dólares. Eso no es todo: la contaminación de los ríos, quebradas y lagos por los derrames petroleros, los relaves del narcotráficoy el uso del mercurio en la minería aurífera está poniendo en riesgo la biomasa pesquera, vital para la población amazónica.

En cuanto a la pobreza, en un estudio de CENTRUM de la Universidad Católica realizado en 16 regiones y titulado “Índice de Progreso Regional del Perú 2016”, la Región Ucayali ocupa el último lugar en progreso social, seguido por Madre de Dios, Amazonas y Loreto.

QUÉ HACER EN LA AMAZONÍA

La Amazonía es la última renta estratégica del Perú en el siglo XXI. Pero para hacer realidad esta propuesta, tenemos que resolver los problemas que ahora amenazan a nuestro mayor banco genético.

Tenemos que repensar el modelo de desarrollo amazónico, transitar del sistema primario exportador y extractivo-mercantil a un modelo basado en el uso sostenible y en la transformación de su cuantiosa diversidad.

Este nuevo modelo debe ser, según el líder político amazónico Roberto Lay, una pesca amazónica. Porque integra las cinco palabras de pesca: político, económico, social, cultural y ambiental. La construcción de este nuevo imaginario amazónico por supuesto recupera la milenaria tradición asociativa del choba-choba y la minka y pone en valor el modelo de la chacra indígena que imita al bosque, un sistema de diversidad productiva que pone en cuestión el monocultivo adverso a la racionalidad de la naturaleza amazónica.

Este proceso tiene que ir acompañado de medidas y decisiones políticas, administrativas, económicas y sociales: romper con la recentralización del Estado en curso y avanzar hacia la descentralización fiscal; una modificación radical y profunda de las políticas tributarias (el regalo del reintegro tributario recibido por las grandes empresas en los últimos cinco años toca los 419 millones de soles) y exonerativas que solo engordan a las multinacionales y a un empresariado rentista y parasitario.

Y, por supuesto, el reconocimiento del Estado y de todos los poderes a los pueblos indígenas que, sin duda, están y estarán a la cabeza de la refundación de la nación peruana y en la construcción de una nueva utopía social en el siglo XXI.

http://diariouno.pe/columna/que-hacer-en-la-amazonia-en-2017/

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