Salarios caen: a mayor oferta menor precio

Pedro Francke

A diario se ve cómo algunas empresas, principalmente pequeñas e informales para trabajos poco calificados (como mozos de restaurantes o call-centers), prefieren contratar a un venezolano que se ofrece a trabajar por un salario menor que el que recibe un peruano. Se reemplaza así a un joven que gana poco por un venezolano que gana todavía menos.

Algunos empleadores sinvergüenzas incluso aprovechan para recortarles el pago de vacaciones, gratificaciones u otros, confiados en que no podrán hacerles reclamaciones legales puesto que en su enorme mayoría (80 por ciento) los venezolanos no tienen el permiso legal para trabajar, es decir, ellos mismos están fuera de la legalidad.

Un caso un poco distinto es el de la venta ambulante. No hay allí más limitaciones que la imaginación y fuerza del vendedor. Pero, por ejemplo, si se duplica el número de vendedores ambulantes de golosinas, eso no lleva a que se duplique el consumo de golosinas ni mucho menos. Lo que quiere decir que cada vendedor ambulante, vende menos, y por lo tanto, gana menos (y seguramente afecta también a las ventas de las bodeguitas y puestos). Esto explica el por qué en determinados grupos y barrios la gente esté molesta con los venezolanos y se queje porque le quitan la chamba: no solo es verdad, sino que está a la vista de todo el mundo.

Las discusiones sobre los inmigrantes venezolanos se han puesto picantes, con Belmont diciendo falsedades de tono xenófobo. Es necesario, sin embargo, analizar los efectos económicos que tiene esa inmigración.

Un enfoque bastante simple pero no por eso desdeñable alude a la conocida ley de la oferta y la demanda: a más oferta, menos precio. Los venezolanos ya superan los 400 mil mientras cada año unos 250 mil jóvenes buscan empleo, es decir, ya hay 1,5 venezolanos por cada joven incorporándose al mercado de trabajo, y van en aumento. En este caso, a más oferta de trabajo, los salarios e ingresos del trabajo caen.

Peor aún cuando, como ahora, no tenemos una industria dinámica en la creación de puestos de trabajo, por más que el MEF y sus soportes neoliberales se empeñen en decir que todo va bien. Según el reporte del Ministerio de Trabajo – MINTRA en julio de este año hubo 0,3% menos empleos formales privados que un año atrás, mientras que en la industria lleva cinco años seguidos de pérdidas y más pérdidas de puestos de trabajo.

Estas cifras que el Ministerio de Trabajo registra de las empresas son concordantes con las que el INEI obtiene encuestando hogares, fuente que encuentra que en empresas grandes en Lima hay 47 mil empleos menos en el año, mientras que el número de trabajadores con seguro de EsSalud ha caído en 84 mil.

El subempleo por horas, es decir la gente que trabaja menos de 30 horas porque no consigue que la contraten por más tiempo, ha aumentado en 100 mil personas más.

Con menos demanda de trabajo expresada en la reducción de empleos y con una fuerte presión de oferta aumentada por los migrantes venezolanos, en un mercado de trabajo desregulado e informalizado eso ha llevado a que los ingresos reales de los trabajadores en Lima hayan caído y la pobreza aumente.

http://diariouno.pe/columna/salarios-caen-a-mayor-oferta-menor-precio/

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