Jorge Basadre: ¿Para qué se fundó la república?

José Luis Ayala

¿Qué hubiera sido de la Historia del Perú Republicano sin Jorge Basadre? ¿Hubiéramos tenido acaso una “toma de conciencia” como se propuso legar a las nuevas generaciones? La historia para Basadre fue ante todo un permanente proceso reflexivo, analítico, didáctico, crítico y sobre todo constructivo. Fue la obra de una sola persona que trabajó con fe en los cambios que no llegó a ver, pero que las nuevas generaciones deberían realizar para redimir al Perú. Eliminar lo que llamó los abismos sociales, construir una sociedad con justicia, democracia y libertad. Por eso y con razón decía: “Somos producto del ayer y estamos viviendo lo que en parte de él quedó al deslizarse para convertirse en presente, por todas partes nos rodea; pero a la vez tenemos que afrontar nuestra propia vida con sus propios problemas, como individuos, como generación, como pueblo, como Estado, como humanidad”.

Muchas fueron las constantes preocupaciones del historiador tacneño, que se traducen en la necesidad de entender y explicar los problemas esenciales del Perú. Sostuvo que el sistema educativo sin contenido ideológico, democrático y carente de bibliotecas para maestros y alumnos, no tenía sentido. Contribuyó para construir una conducta y acciones en referencia a la cultura peruana y vigencia de un Estado democrático. Censuró al centralismo, la corrupción, la burocracia y deshumanización de los servicios públicos. No dejó de escribir permanentemente en referencia a los problemas esenciales del Perú Republicano.

Nunca como ahora que el Perú se apresta a celebrar el Bicentenario de la Independencia Nacional, hay una pregunta esencial que hizo el historiador Jorge Basadre: “¿Para qué se fundó La República? Para cumplir la promesa que en ella se simbolizó. Y en el siglo XIX una de las formas de cumplir esa promesa parecía ser, durante un tiempo, la preocupación ideológica por el Estado y el individuo y más tarde la búsqueda exclusiva del desarrollo material del país. En el primer caso, el objetivo propuesto fue el Estado eficiente; en el segundo caso, fue el país progresista. Los hombres del siglo XIX no lograron la estabilidad en las relaciones entre el Estado y el individuo ni el sistemático progreso del país. Mas en la promesa adelantaba otro elemento que ya no era político ni económico. Era un elemento de contenido espiritual, la relación con las esencias mismas de la afirmación nacional. ¿Comprendieron y desarrollaron íntegramente y de modo exhaustivo este otro matiz de la promesa de hombres del siglo XIX? 1

La respuesta para Jorge Basadre es negativa. Porque la maquinaria del Estado no se modernizó, no se construyó un entendimiento administrativo entre “el país estatal, el país nacional y el país humano”. No se incrementó el nivel económico, menos intelectual, moral ni social. Hubo carencia de un espíritu idealista o progresista, no se heredó el espíritu de quienes educaron la tierra, construyeron civilizaciones y crearon la Patria. Mucho daño hicieron las voces radicales o reaccionarias, la falsedad de los convencionalismos. De modo que construir el Perú con buena salud, es preciso superar los “flagelos biológicos y sociales”, fundamentalmente por una ineludible “honestidad cívica”. Para Basadre: “Eso es comprender y eso es querer cumplir en nuestros días la promesa de la vida peruana”. Pero ¿qué es una promesa? ¿Qué ocurre cuando no se cumple? La promesa es sobre todo un compromiso, un juramento, un deber, un convenio, una voluntad expresa, un pacto de honor, una obligación.

En la reflexión de Basadre hay tres elementos que el Perú ha cargado en sus hombros. “Porque la promesa de la vida peruana sentida con tanta sinceridad, con tanta fe y con tanta abnegación por próceres y tribunos, ha sido a menudo estafada o pisoteada por la obra coincidente de tres grandes enemigos de ella: los Podridos, los Congelados y los Incendiados. Los Podridos han prostituido y prostituyen las palabras, conceptos, hechos, instituciones al servicio exclusivo de los medros, de sus granjerías, de sus instintos y apasionamientos. Los Congelados se han encerrado dentro de ellos mismos, no miran sino a quienes son sus iguales y a quienes son sus dependientes, considerando que nadie más existe. Los Incendiados se han quemado sin iluminar, se agitan sin construir. Los Podridos han hecho y hacen todo lo posible para que este país sea una chacra. Los Congelados lo ven como un páramo; los Incendiados quisieran prender explosivos y verter venenos para que surja una gigantesca fogata”. 2

¿Cuánto ha cambiado el Perú desde que Jorge Basadre se hizo la pregunta que ahora tiene tanta actualidad? ¿Qué han hecho las sucesivas generaciones para responder al desafío histórico. ¿Cuánto tiempo más debemos esperar para la realización de la Promesa de la vida peruana? Cuando una generación no cumple con el tiempo histórico que le asigna el proceso en el cual está inmerso, acumula mayor responsabilidad a quienes vienen después. Entonces, estamos ante una pregunta ineludible: ¿Por qué y cuándo se retuvieron los cambios sociales?

NOTAS

1.- Jorge Basadre. Memoria y destino del Perú. Textos esenciales. Ernesto Yepes del Castillo. Fondo Editorial del Congreso del Perú. Pág. 97. Lima, 2003.

2.- Jorge Basadre. Memoria y destino del Perú. Textos esenciales. Ernesto Yepes del Castillo. Fondo Editorial del Congreso del Perú. Pág. 102. Lima, 2003.

http://diariouno.pe/columna/jorge-basadre-para-que-se-fundo-la-republica/

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*