Los Romero

Pedro Salinas

Los Romero no aprendieron la lección. En los tiempos de la salita del SIN, Dionisio Romero Seminario, frecuente visitante del siniestro Vladimiro Montesinos, le rindió pleitesía al régimen autocrático y lo apoyó en todo. Incluso se atrevió a sugerirle al asesor todopoderoso eliminar la segunda vuelta en los comicios del 2000, con el propósito de que Fujimori no tuviera tropiezos en su afán de perpetuarse en un tercer mandato. Tal cual.

“Es inconstitucional”, o algo así le respondió, paradójicamente, Montesinos. “No podemos cambiar las reglas de juego”, subrayó. “No estés nervioso porque no va a haber otro gobierno”, añadió Vladi para tranquilizarlo. “Okey”, respondió Dionisio. Y sugirió entonces, con menos generosidad que su hijo, que en lugar de buscar fondos para la campaña entre los empresarios, se use al mismo Estado a favor de la re-reelección. “Porque todo el mundo quiere ir con el ganador”, sentenció. Y en un momento, relamiéndose en la oscuridad, deslizó: “Tengo varias ideas y cómo utilizar al Estado para hacer favores a empresas”.

En otra reunión, cada vez más en confianza, soltó: “Hay un temita (…) Que puede que sea de interés para ayudar un poquito a ganar las elecciones (…) Pero que es de mi interés de bolsillo (…) Hay un arancel de 25% al trigo (…) Bajar el arancel”. “Pónmelo en un papelito”, le respondió Montesinos.

Y cuando pensamos que con el hijo de Romero se iba a dar un recambio generacional, venimos a conocer ahora que todo sigue igual. Que nada varió. Pues si no es por el equipo especial Lava Jato, no nos enteramos de que Dionisito le entregó casi cuatro millones de dólares a Keiko Fujimori, en seis o siete entregas, en efectivo, en maletines, y en la misma mano a la hija del autócrata.

La información proporcionada por Romero Jr. complica, es verdad, la situación de Keiko Fujimori, quien no habría dejado de mentir sistemáticamente. Y corrobora, de paso, el modus operandi que había adelantado Jorge Yoshiyama. Lo que da rabia e indigna es que Dionisio Romero Paoletti no muestre un ápice de arrepentimiento, ni pida perdón, y se escude en argumentos infantiles, absurdos, e idiotas, como aquel de que “el chavismo estaba a punto de tomar el control del país”. No aprendieron ni un carajo.

https://larepublica.pe/politica/2019/11/24/los-romero-pedro-salinas/

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