El baile de los que cobran

Jorge Bruce

Por razones poco claras, en la fiesta de clausura de la CADE 2019 la cantante Daniela Meneses interpretó la canción “El baile de los que sobran”, del grupo chileno Los Prisioneros. Lo que sí está claro es que no fue programada por la organización del evento. Alguien del público –la cantante piensa que lo hizo con mala intención– pidió el tema. Como se sabe, dicha canción se convirtió en un himno de la reciente revuelta chilena, tal como “Un violador en tu camino”, del grupo #LasTesis, se ha convertido en el de las mujeres contra la violencia machista.

El arte toca fibras a las que los discursos no llegan. La conmovedora y potente performance de las “cabras” Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres, nacidas en Valparaíso, ha logrado en poco tiempo una enorme repercusión a nivel mundial. Es una respuesta contundente a la negación de los abusos y violaciones sexuales, tales como el recordado sermón del cardenal Cipriani, en donde culpaba a las niñas abusadas por vestirse como un escaparate.

Pero volvamos a Paracas. La ironía de entonar y bailar la canción de Los Prisioneros en un evento en el que se reúnen los personajes más privilegiados del Perú, no pasó desapercibida. En plena crisis por la entrega de sumas de dinero que para muchos son impensables, ya sea para campañas políticas en favor de una candidata o a cambio de obras públicas, las notas del himno de la revuelta de los excluidos tuvieron el impacto de La Internacional en semejante contexto (“Arriba los pobres del mundo, de pie los esclavos sin pan”).

El inconsciente, una vez más, hizo de las suyas. La presidenta de CONFIEP, María Isabel León, que días antes, en Cuarto Poder, intentó eludir las responsabilidades del gremio en el intento de torcer la voluntad popular en favor del fujimorismo (del cual ella fue entusiasta integrante), reculó y pidió que Dionisio Romero Paoletti diera un paso al costado. Nadie sabe al costado de qué. Lo que sí se sabe es que al grupo no le ha gustado esa coreografía, tal como lo ha expresado Arturo Woodman, persona muy vinculada a los Romero. Ha exigido que León renuncie a la presidencia de la CONFIEP. Como diciendo: los gerentes no dan órdenes a los propietarios. Esperemos –con escepticismo– que esas contradicciones sean el preludio de un debate interno acerca del rol de las grandes empresas en la democracia.

https://larepublica.pe/politica/2019/12/02/cade-2019-el-baile-de-los-que-cobran-jorge-bruce/

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