Múltiples dimensiones del coronavirus

Jorge Bruce

El COVID-19, más conocido por su apelativo monárquico, ha desatado, a través del mundo, una oleada de reacciones que rebasan con creces la salud física. Por lo pronto, sus efectos económicos son alarmantes y nadie sabe hasta dónde llegarán. Si alguna ventaja tiene esta incertidumbre, es la de recordarnos lo falaz de nuestra omnipotencia. De ahí que las predicciones de los economistas o politólogos sean tan relativas como las de los psicoanalistas.

En lo que respecta a estos últimos, permítanme abordar algunos aspectos psicológicos que están aflorando con relación a esta epidemia. Lo primero que salta a la vista son las respuestas paranoicas. La desaparición de las mascarillas de las farmacias peruanas, a pesar de las advertencias de los especialistas respecto de su inutilidad para protegerse del virus, es una clara muestra de estos temores irracionales.

En un país azotado por el dengue y la tuberculosis, precaverse obsesivamente contra un virus que no sabemos si ha llegado revela unas prioridades extraviadas. Cuando la paranoia se apodera de nuestro mundo interno, las advertencias son estériles. Si estoy persuadido de que los heladeros hacen sonar sus trompetillas para avisarme que vienen por mí, de nada servirá demostrar lo extraño e inverosímil de esta creencia.

Asimismo, se presenta la regresión. Tanto en el aspecto individual como en el social. La xenofobia es el más evidente de los sociales: cualquier persona con ojos rasgados es un portador infectado. El racismo no tarda en repotenciarse. Porque lo cierto es que no solo las personas mayores son las más vulnerables al COVID-19 (como cualquier virus que acarrea complicaciones respiratorias). Para variar, los ciudadanos más pobres, con menores condiciones de higiene y alimentación, tienen siempre la peor parte. Es entonces que el racismo encuentra otro asidero. No solo por aporofobia, sino también por cuestiones étnicas y de clase social. Si a eso le añadimos el fantasma del virus, el círculo vicioso se corona. El gran Bernard Pivot ironizó: “Ya conocemos mejor la personalidad del coronavirus. Es anticapitalista (caen las bolsas), le gusta el oro (+8%), es ecologista (menos aviones en el cielo), es misántropo (detesta que la gente se hable), es puritano (no quiere que la gente se toque)”. Además es paranoico, xenófobo y racista.

https://larepublica.pe/sociedad/2020/03/02/coronavirus-multiples-dimensiones-del-covid-19-por-jorge-bruce/

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