Perú: Respuestas a la crisis

Carlos Monge

Mientras debatimos los pros y contras de la respuesta gubernamental a la crisis, debemos también plantear soluciones a los problemas estructurales que nos hacen tan vulnerables.

Más del 70% de las personas que trabajan lo hacen informalmente, por su cuenta o en pequeñas empresas. Si el gobierno no hace transferencia universal de dinero suficiente a toda esta población, es imposible sostener una cuarentena estricta y prolongada. La gente saldrá a conseguir ingresos como sea.

Debemos mejorar y relanzar –con recursos y voluntad política- el Plan Nacional de Diversificación Productiva diseñado por Humala y paralizado por PPK, para generar una economía con mayor productividad y mayor capacidad de generar empleos con derechos en todo el territorio.

Nuestra inversión per cápita en salud es la menor de la Alianza del Pacífico, y como proporción del PBI es 2.3% es mayor que la de México, pero menor que la de Colombia, mitad que la de Chile, lejos del 6% del Acuerdo Nacional, y lejísimos del 10% de la OECD. Por eso tenemos una salud pública con profesionales mal pagados, infraestructura mal equipada, y carencia de los elementos básicos para enfrentar una pandemia como ésta.

Es necesario lograr un acuerdo político para aumentar sustantivamente el presupuesto al sector salud. Se ha avanzado en los últimos años, pero se necesita avanzar mucho más.

Más de 15% de la población no tiene acceso al agua potable y casi el 35% no tiene acceso al desagüe. Para muchísima gente sea imposible cumplir con una medida básica de protección frente al coronavirus, que es lavarse las manos con frecuencia.

Como en el caso de la salud, es indispensable un acuerdo político amplio

para lograr la meta de la universalización del acceso al saneamiento básico en el Perú, para prevenir el contagio de este virus y de múltiples enfermedades infecto contagiosas que afectan sobre todo a la población más pobre.

Nuestra presión tributaria es 16.1%, 6 puntos por debajo del promedio de la región y casi 20 puntos por debajo del promedio de la OECD. Esto tiene que ver con la masiva informalidad de nuestra economía, pero también con las exoneraciones tributarias al gran capital, la ausencia de una escala progresiva más agresiva para que paguen más los que ganan más, y la falta de impuestos más fuertes a las herencias, la propiedad, las acciones en bolsa, etc.

Si queremos incentivar la diversificación, tener una salud pública de calidad y universalizar el acceso al saneamiento básico, tenemos que hacer una reforma tributaria progresiva para que paguen más los que tienen más.

Lo propuesto no es demasiado radical. Es perfectamente posible. Solo hace falta voluntad política para derrotar la resistencia de quienes priorizan conservar su desproporcionada riqueza.

www.diariouno.pe/columna/respuestas-a-la-crisis/

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