Perú: Políticos combi

Paula Távara

Con 76 votos en contra esta semana no fue admitida a debate la moción para vacar al presidente Pedro Castillo. Sin embargo, más que poder calificar esto como un triunfo del gobierno y el mandatario nos encontramos ante el resultado de algunas ‘patinadas’ y errores de la oposición más recalcitrante, tanto parlamentaria como mediática.

En este contexto de situaciones que van de lo cuestionable e indignante a lo cantinflesco, ni el gobierno ni el legislativo han sabido asumir aún un papel de real responsabilidad en la conducción del país por un rumbo que nos permita avanzar seriamente en la recuperación económica, educativa y laboral. Peruanas y peruanos vamos montados en este autobús sin rumbo fijo, liderado en buena cuenta por políticos combi.

Una combi, de las informales (aquellas con las que tantos compromisos hace el Ministro de Transportes mientras el parlamento mira a un costado), tiene una premisa y objetivo: no se trata de llevar a los pasajeros a su destino en las mejores condiciones, sino de garantizar sus propias ganancias en pasaje, aún si para ello tiene que arrollar al peatón, saltarse un par de semáforos y coimear a la autoridad.

Así, hoy tenemos una oposición cuya agenda pública es arrollar las preferencias electorales de quienes no les votaron en la segunda vuelta, con más excusas que argumentos, y que esta semana, por pretender meter el carro de la vacancia a la fuerza, se quedó sin gasolina al primer audio. Después de ello, difícilmente los partidos de centro y centro derecha los acompañarían siquiera en llevar la moción al debate y seguramente se pensarán dos veces cualquier alianza con estos partidos, que salen bastante deslegitimados de la ruta.

Del otro lado, sin embargo, quienes debiesen estar llamados a mostrar una conducción seria del rumbo del país y aprovechar el respiro que da esquivar otra crisis (y el fin de la legislatura), aún no parecen saber bien cómo arrancar, esperando no se sabe muy bien qué en el paradero, justo cuando lo que se necesita es un acelerador de políticas públicas para el país, por el bienestar de la ciudadanía y para evitar que se les bajen más pasajeros.

En la raíz de buena parte del problema, claro, partidos políticos que funcionan también como gremios colectiveros: llegas con tu propia combi o caudal de votos, te inscribes y ya está. ¿Qué ruta hacia un desarrollo con gobernabilidad y democracia es posible con partidos combi interesados antes en las ganancias que en lo programático?

Llegan cada uno, cada una, con sus propios intereses, sus propios aliados y su mirada de cortísimo plazo, donde no caben las políticas públicas de largo aliento ni los objetivos nacionales que no se puedan arrogar ellos mismos. Políticos combi, además, cargados de papeletas sin pagar –a veces textualmente– y tratando de cambiar las normas para poder conducir con ellas a cuestas.

Y todo esto, claro, sin olvidar que podrán competir en la ruta pero siguen colaborando con silencios cómplices y respaldos en temas que sí son de interés de la ciudadanía. Ni el MTC ni el Ministro de Educación han sido criticados con mayor firmeza ni enfrentan procedimientos de censura, ¿será que interesa más mantener a los colectiveros y las universidades sin licencia contentas que garantizarnos mejor calidad del transporte y educación?

Entre los asientos con hueco y fierros que se nos clavan en la espalda de esta combi, además, el intento de blindar al congresista Luis Cordero Jon Tay frente a las acusaciones de violencia hacia su expareja en, nada más y nada menos, que la comisión de Ética. Es una de las huellas que nos deja esta semana.

La pista está llena de huecos y vamos dando tumbos arrastrados por estos políticos combi, ¿encontraremos salida y rumbo?

https://larepublica.pe/opinion/2021/12/11/politicos-combi-por-paula-tavara/

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