El turismo neoliberal en México

FRAGUA

Sol, arena y mar; selvas y manglares; montañas y pueblos mágicos. México es el sexto país más visitado en el mundo, casi 40 millones de turistas internacionales disfrutan y pasean por nuestro territorio y el turismo genera nueve de cada 100 pesos de la riqueza nacional.

El gobierno actual, como los anteriores, es consciente de la riqueza que genera el sector y por ello lo ha mostrado como uno de los polos de desarrollo y estabilidad nacional; no en balde uno de los proyectos estrella del sexenio será el famoso Tren Maya, un tren “moderno, turístico y cultural”.

Sin embargo, en realidad ¿quiénes se han beneficiado por el turismo?, ¿a quiénes les llegan esos millones de pesos que se generan cada día en nuestro país?

A estas preguntas, tenemos algunas respuestas: 10 millones de mexicanos viven del turismo, cuatro millones en actividades directas y seis millones en actividades indirectas. De estos, ocho millones son trabajadores informales y el promedio del salario para los dos millones en la formalidad es de seis mil pesos mensuales. Es de los sectores productivos con más quejas respecto a los derechos de las mujeres, pues a prácticamente todas las trabajadoras les hacen pruebas de embarazo constantemente y despiden a quienes obtienen resultados positivos.

Además, en Jalisco 195 mil menores trabajan en el sector turístico y tan sólo en Cancún cerca de 35 mil niños laboran de manera informal e ilegal; tal vez para ellos fue la amable explicación caricaturizada acerca del Tren Maya. No hay que olvidar que nuestro país es el segundo destino a nivel mundial de turismo sexual y donde la mayoría de quienes son explotados bajo este inhumano rubro son menores.

Siguiendo con la numeralia, las cinco cadenas de hoteles más importantes en México son extranjeras: InterContinental Hotels, GroupMarriott International, Hyatt Group, Hilton Hotel & Resorts, NH Hotels. Les siguen en importancia las firmas mexicanas Grupo Posadas, creada por Gastón Azcárraga, hermano de Emilio Azcárraga, fundador de Televisa, con quien en 2005 compró Mexicana de Aviación; Hoteles Misión, cuyo fundador, Roberto Zapata, fue director general de Nacional Hotelera hasta su estatización, y City Express, famosa porque es la empresa mexicana de hotelería de mayor crecimiento en los últimos años y porque los recientemente fallecidos Moreno Valle eran algunos de sus accionistas.

Con esto queda claro que el dinero del turismo tiene un destino bien claro: los bolsillos de los burgueses. El pueblo, por el contrario, no sólo no mejora su situación, sino que la empeora, pues el turismo aumenta las posibilidades de explotación laboral y sexual de menores, debido a la gran exigencia de mano de obra que se necesita para cubrir la demanda de trabajo, la extrema flexibilización de los contratos y la prácticamente nula regulación del entorno, ya que, al final, el “cliente siempre tiene la razón”, aunque esa razón conlleve la violencia sexual o los despidos injustificados.

Si bien México ha sido desde hace décadas un baluarte del turismo mundial, fue durante el neoliberalismo y, más concretamente, en los últimos dos sexenios, cuando se dio un “boom de la hotelería”, y se consolidó como uno de los 10 destinos turísticos más importantes del mundo. Esto, en gran parte, fue motivado por la modificación del artículo 27 constitucional, en 1992, y provocó la privatización de tierras, costas, playas, riveras y ríos de nuestro país. Durante la década de 1990 y los principios de siglo, muchas playas públicas se fueron llenando de bardas, mallas ciclónicas y anuncios de “prohibido el paso”. Ya en la segunda década del siglo, las playas quedaban escondidas tras grandes hoteles de lujo a donde los habitantes sólo podían acceder si trabajaban en ellos, pues ni pensar en quedarse una noche ahí.

Ahora mismo México está viviendo una “era dorada” de la hotelería; desde 2014 las tres grandes firmas nacionales antes mencionadas buscan llegar a 300 nuevas propiedades, abriendo cada una entre 13 y 20 hoteles cada año, apoyadas con los favores de los gobiernos neoliberales, quienes han otorgado millones de pesos al Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), dirigido por Pablo Azcárraga, de Grupo Posadas, en concepto de “promoción turística”, a través del Consejo de Promoción Turística de México, hoy extinto.

En el caso de las empresas internacionales muchas encontraron en Baja California un nicho inmobiliario inmejorable después del huracán Catrina, el cual arrasó literalmente con todo a su paso, dejando el terreno libre para la inversión, claro todo “a favor” de la recuperación económica.

Volviendo al Tren Maya, sólo por dar un ejemplo concreto, el proyecto ya inició las licitaciones y otorgamientos directos a empresas extranjeras, aun cuando se había dicho que el proyecto no contaría con inversionistas extranjeros por ser “estratégico”.

Para nosotros, como Organización de Lucha por la Emancipación Popular, todos los proyectos turísticos, industriales, de desarrollo nacional, deben ser realmente pensados para los pobres, para las clases históricamente oprimidas.

Deben ser desarrollados como proyectos estatales que aseguren las ganancias para la nación, que generen trabajos bien pagados con base y con todos los derechos laborales, y se debe eliminar completamente el trabajo infantil. Al mismo tiempo, las grandes empresas deben regresar lo que se han robado, lo que compraron ilegal o legalmente gracias a la privatización de nuestros recursos naturales y al despojo al pueblo. Al mismo tiempo, no podemos permitir que se sigan haciendo proyectos que privilegien la ganancia sobre el medio ambiente.

Se vuelve urgente y necesario, la estatización de la gran industria turística, esa que pertenece a los grandes empresarios nacionales y extranjeros: que esos nueve de cada 100 pesos que se generan realmente caigan en los bolsillos del pueblo. Es tiempo de que lo producido en México se quede en las manos de quienes lo producen y no de los grandes empresarios de siempre.

¡Contra el despojo, la represión y la explotación; resistencia, organización y lucha por el socialismo!

Nota: 

Este artículo fue publicado en el No. 42 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), Abril-Mayo 2019.

Se publica este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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