Perú: LA DECENCIA Y LA MISERIA DETRÁS DE UN PEDIDO DE RENUNCIA

Nelson F. Nuñez Vergara

El pedido de renuncia del Ministro Víctor Zamora por parte del Colegio Médico del Perú y de dirigentes gremiales vinculados al fujimorismo, el aprismo y sectores conservadores es el síntoma de un problema más profundo, y es la responsabilidad que algunos grupos de médicos tienen en la crisis del Sistema de Salud Pública.

Exigen la renuncia del Dr. Zamora por una opinión dichas en una entrevista con la que discrepan, y en medio de la mayor crisis sanitaria en nuestra historia. Cuando estamos enfrentando la posibilidad del colapso del sistema público de salud, en medio de la batalla por salvar vidas. Ya solo ese hecho hace condenable moralmente esta maniobra política, que expresa cual es la prioridad de estas personas. Pero luego está lo dicho por el Dr. Zamora y es que todos somos iguales, que todos tienen el derecho a vivir y a ser auxiliados, sin hacer distinción. Lo que significa que médicos, enfermeras, tecnólogos médicos, obstetrices, nutricionistas, biólogos, técnicos asistenciales, policías, soldados, que todos los que están en el frente de esta guerra defendiendo nuestras vidas, merecen el mismo valor y la misma atención. Pero no, este grupo de personas creen que por ser médicos tienen más derecho que el resto.

Son el tipo de médicos (menos mal que pocos), que se negaban a entregar implementos de bioseguridad a las enfermeras, tecnólogos médicos, obstetrices y técnicos en una serie de centros de salud en plena epidemia. Y eso no solo es condenable sino criminal. ¿Y si vamos un poco más atrás, son los que se oponían a que prestaran servicios los médicos venezolanos, así como antes – en otros años – bloquearon la posibilidad de que vinieran médicos cubanos, en especialidades que tanto necesita el país. Es el tipo de mediocres que se oponían -y aún lo hacen- a que profesionales de la salud que no son médicos dirijan centros hospitalarios, porque dicen que solo “los médicos” pueden hacerlo.

¿Los ha escuchado exigir justicia para los pacientes víctimas de graves casos de negligencias médicas? ¿Siquiera exigir que sean sancionados por el Colegio Médico?. Pues no, nunca… Lo que sí hemos visto es una cultura de impunidad y de ocultamiento. ¿Han escuchado pedidos similares o condenas así de duras como las que hoy levantan contra él Dr. Zamora, contra los médicos-funcionarios que fueron parte de los regímenes apristas y fujimoristas y que cometieron actos delictivos que destruyeron aún más el sistema de salud público?. Acaso el sistema público de salud no fue saqueado, demolido por décadas por funcionarios corruptos (varios de ellos médicos) lo que provoca todos los días que las personas se mueran por la falta de atención. Estos críticos de balcón lo saben, porque conocen que hoy se gasta en salud mucho más que antes con el resultado de un pésimo sistema. Pero no hablan de ello, no dicen que nada cambiará si la corrupción no es derrotada.

¿No recuerdan la conducta de algunos médicos indolentes, que maltratan a los pacientes, que les hablan con un desdén que solo refleja su falta de humanidad y su mediocridad profesional? Son los que no están en sus consultorios en los hospitales (en los horarios que deben estar y por lo que se les paga). De esos hay tantos y que estos días abandonaron sus puestos en hospitales para atender en clínicas privadas. Pero claro, a ellos nos se les toca ni crítica. Tampoco a los que trafican con los ensayos clínicos usando a pacientes como conejillos de indias, los que son cómplices de las farmacéuticas para inflar artificialmente los petitorios de medicamentos perjudicando la salud y la economía de todos nosotros.

Soy nieto de médico, hijo de médico, hermano de médicos. Soy de una familia de profesionales de la salud, donde ha habido y hay médicos, enfermeras, obstetrices y técnicos que por generaciones se ha comprometido con la salud pública, con el bienestar de las personas. Con familiares que está en el frente de batalla, arriesgando su vida en esta pandemia. Me indigna ver nuevamente las ínfulas y discriminaciones de este grupo, su desprecio hacia los otros profesionales de la salud. Me molesta sus silencios cómplices con la corrupción, pero sobre todo que este grupo de personas sabotean los esfuerzos que se hace por enfrentar hoy esta epidemia. El Ministro de Salud, no es el Ministro de un grupo de médicos o de sus intereses, es el Ministro de la salud de todos los peruanos. No creo que eso sea difícil de entender.

Pero no olvidemos que a pesar de todo esto, hay miles de médicos, enfermeras, tecnólogos médicos, obstetrices, técnicos en salud, policías, soldados, epidemiólogos, investigadores, ingenieros, administrativos y muchos más que todos los días salen a pelear la batalla para defendernos a todos. Que duermen 5, 4 horas cada noche, frustrados por la burocracia, las carencias, por la irresponsabilidad de otros que no respetan la cuarentena. Ellos han enfrentado y enfrentan al COVID-19 con creatividad y entrega, y muchos de ellos enfermando… muriendo. Ellos y sus familias se merecen todo nuestro respeto, todo nuestro respaldo y así lo debe entender no solo el gobierno sino cada uno de nosotros.

Por eso si gana este grupo vinculado al fujimorismo, al aprismo, a los malos gremialistas, todos perdemos. Perdemos los peruanos, pierden los pacientes, pierden todos los profesionales de la salud, pierde la decencia, pierde la vida. Y si hay algo que esta epidemia nos ha demostrado es que debemos construir un Sistema Público de Salud para defender la vida de todas y todos los peruanos

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