La pandemia cobarde


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César Lévano

Hoy se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Es una fecha para reflexionar sobre las diversas formas de abuso violento que se ejercen contra las mujeres, cuya expresión más cobarde y cruel es el feminicidio, el asesinato generalmente cometido por esposos o parejas.

Un dato revelador es que el feminicidio tiene mayor incidencia en países que adolecen de machismo agudo. Elocuente es el caso de México y de países centroamericanos, donde la exaltación del orgullo y la fuerza del varón conduce, sin embargo, al maltrato y al crimen del ser físicamente más débil, más indefenso de la pareja.

Los sectores reaccionarios de la sociedad suelen ser impulsores del desprecio por la vida y la salud de las mujeres. En verdad, la celebración de este día se inspira en el caso de las hermanas Patricia, Minerva y María Teresa Mirabal, activistas políticas encarceladas y asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la Policía secreta del dictador Rafael Trujillo en República Dominicana.

El Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, que se reunió en Colombia en 1981, decidió que el 25 de noviembre se irguiera como fecha de lucha contra la violencia en daño de la mujer.

Con los años, ha crecido la conciencia de que hay que defender a la mujer contra todas las formas de violencia. La ONU ha establecido que esa violencia es ya una pandemia, es decir, una epidemia que afecta a todos los habitantes del planeta. Señala el organismo mundial que cada año 60 millones de niñas son obligadas a contraer matrimonio, 140 millones entre jovencitas y mayores sufren mutilaciones genitales y 600 mil son víctimas del tráfico de personas, en gran parte para explotación sexual.

En el mundo actual se ha producido, pese a todo, un avance respecto a los derechos educativos, ciudadanos y sociales de la mujer. Pero las cifras arriba indicadas muestran que en esos campos hay todavía muchísimo que hacer.

En estos días, la primera Fiscalía Supraprovincial Penal de Lima ha reabierto la investigación al congresista fujimorista Alejandro Aguinaga y a Máximo Costa Bauer, exministros de salud de Fujimori, por el delito de esterilizaciones forzadas, cometido contra miles de mujeres, sobre todo del área rural andina. Aguinaga se jacta ahora del éxito de ese programa.

Ese desprecio por la voluntad y la salud reproductiva de las mujeres fue típico de un régimen cuyo jefe cerró las puertas de Palacio a La primera dama de la nación, su esposa.

Expresión típica de machismo fue que Fujimori se preciara de haber actuado igual que el presidente argentino Carlos Menem, quien impidió que su esposa ingresara a la residencia presidencial.

http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columna-del-director/la-pandemia-cobarde_125411.html

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